Guápiles. La salida del goleador Cristhian Lagos y buena parte de la ofensiva preocupa mas no desvela al entrenador Eduardo Méndez.
El jefe de Santos se centra en lo positivo y cita el hecho de que logró mantener el esqueleto del equipo con el que, en los dos torneos del 2012, disputó una final y quedó a la orilla de la clasificación.
El mismo hecho de que continúe Méndez –quien fue tentado por la Liga la semana pasada– es una seña de que el proceso avanza.
El estratega uruguayo recuerda que hace un año a estas fechas estaba con un rompecabezas entre manos: un equipo que cambió casi toda su planilla y sin conocer a ninguno de los jugadores.
Hoy tiene una buena base con un año de trabajo. Obreros que se fajan en la cancha y salen disparados a atacar apenas toman el balón, como es la forma de sentir el futbol para el charrúa.
Buscar goles. ¿Cómo suplir los 18 goles de Lagos? Buscando la fórmula o fórmulas necesarias, ya sea uno o varios goleadores.
Lo importante, agrega Méndez, es mentalizar a sus dirigidos en no perder puntos fácilmente, como le ocurrió al inicio del Invierno pasado y por lo que las semifinales las vieron desde la barrera.
La esperanza es que se destape el delantero Luis Fernando Sequeira o alguno de los santos jóvenes.
También que Argenis Fernández sea un “mejor Argenis” que el de la Liga y aporte con goles y asistencias al equipo. Esto a pesar de que viene de seis meses de no estar en las canchas.
La tarea es titánica, no solo se fue Lagos sino que también partió su socio al frente, Diego Madrigal.
Asimismo, regresó a su tierra natal el argentino Maximiliano Ardetti, un armador que tuvo buen suceso en el Verano pero que se “aguó” del todo en el Invierno.
Los demás refuerzos son una incógnita incluso mayor a la que presenta Argenis: el volante neozelandés Maksim Manko y el defensor uruguayo Mathias Callero son completos desconocidos para el futbol costarricense.
El faltante, dice Méndez, es un delantero de área. Lo buscarán, pero si no aparece dentro de las posibilidades económicas del club le tocará a la cantera proveer con quien llenar el espacio.
La base del Santos. Randall y Roberto Porras, Mario Víquez, Crisanto Esquivel y Osvaldo Rodríguez son los hombres de confianza del “profe” Méndez.
Salvo Randall todos son ajustados a la posición de volantes que sirven para recuperar y servir rápido el balón, lo que ilustra la forma en que juega el equipo.
Ese es el esqueleto del que habla Méndez y por lo que se siente optimista de sacar buenos resultados en el torneo.
A ellos se suman defensores experimentados, posiblemente Harry Ocampo titular en la portería y Juan Diego Madrigal por la media.
Así como cuatro jugadores de la Sub-20 de quienes en Santos están muy orgullosos, pues ilustran que el objetivo de desarrollar talento local va por buen camino.
La formula está clara, al menos en la cabeza de Méndez: presionar para recuperar, ataque veloz y que alguien encuentre el gol. Si funciona, estos santos marcharán bien.