¿Usted ha vuelto a Suiza desde que estalló el escándalo el 27 de mayo pasado?
He vuelto a Suiza y he ido nueve veces a Estados Unidos; yo no he interrumpido mis salidas, no tengo por qué hacerlo.
¿En casi un año, ha tenido algún contacto con Eduardo Li?
No. Hay un impedimento porque la Federación está como una víctima de toda esta situación, al igual que las otras federaciones y la misma Concacaf.
¿Cómo lleva la sombra de lo ocurrido, pues Costa Rica salió involucrada?
Yo la convierto en una fortaleza; creo que la responsabilidad que tenemos es revertir esa sombra, minimizarla y dejarla como cosas del pasado para que las personas vean una transparencia y claridad de cómo se está trabajando.
¿Por qué usted se mete en Concacaf justo un año después del escándalo FIFA?
Son pasos que se han ido dando con el tiempo y Dios es el que lo ha ido generando. Empecé como vocal en un equipo pequeño de la zona rural hasta tener hoy un puesto en la Concacaf.
¿Pero es meterse en la cueva del lobo, o no?
No. En el 2006 cuando llegamos aquí se decía de todo de la Federación. Son retos para que las instituciones mejoren y tengan más claridad.
”La Concacaf está superando su problema económico, ya amaneció, había un túnel que ya se acabó”.
¿Qué controles ha implementado la Concacaf para garantizar transparencia?
Los que aspiramos a esos puestos nos tenemos que someter a un test de integridad por parte de una empresa que le reporta a la FIFA. Le revisan a uno toda la vida desde adolescente, donde trabajo y como dirigente y ellos le dan el informe a la FIFA y ellos determinan si es elegible
”Yo creo que es una buena práctica y le puede garantizar a la prensa y afición que las personas que están ocupando esos cargos han sido sometidos a una revisión de integridad”.
”Yo mandé mi hoja de delincuencia, el registro de mi casa en Guápiles y hasta los documentos del carro que tengo”.
¿Hay un antes y un después en la Fedefútbol desde el 27 de mayo del 2015?
En la Federación no tanto; en el fútbol y a nivel dirigencial, sí. La Federación sí recibió un golpe, pero todos los controles y todo lo que se ha iniciado no son nuevos aquí. Cambiamos algunas formas de negociar y de mejorar nuestros controles.
”Sí hay un antes y un después a nivel de Concacaf y Conmebol. Tocamos fondo en las segundas detenciones que se dieron”.
¿En algún momento pensó que la Justicia de EE. UU. podría ir tras usted?
Yo no veía por donde, pero muchas veces en una fiesta donde llegan muchos, no todos son culpables. Yo nunca sentí temor de haberme involucrado en algo, estaba claro que nunca había hecho nada irregular.
Sin embargo, usted era la mano derecha de Eduardo Li.
Yo manejaba las cosas a lo interno y en eso Eduardo no se metía; lo que sucedió con Eduardo es un tema externo a la institución.
”Yo era la persona que manejaba la parte interna y tal vez esa es la parte que la gente no tenía por qué saber. Siempre me mantuve tranquilo, no ha habido una noche en la que no pudiera dormir tranquilo”.