Redacción
La Tricolor tuvo un buen desempeño durante las fechas FIFA en el mes de octubre. La derrota ante Sudáfrica evidenció que los despistes se pueden pagar carísimo, como sucedió en la única opción clara que tuvieron los africanos para anotar y sentenciaron.
Después la Selección Nacional tuvo el control del juego, eso sí, sin lograr vulnerar una zaga ordenada. Hoy, ante los Estados Unidos, el juego fue del equipo de Óscar Ramírez, siempre con pecados y virtudes.
Puntos altos:
Laterales. En el sistema que utiliza el Macho es importante el ir y venir de los jugadores que tienen su juego por los costados. Cristian Gamboa tuvo una actuación destacada, a pesar de no tener minutos en su equipo (West Bromwich, Premier League, Inglaterra). Dave Myrie no desentonó en los 23 minutos que jugó y tuvo buenas incorporaciones en ataque.
Por la izquierda Bryan Oviedo tuvo un buen regreso, aunque es notorio que le falta camino por mejorar. Rónald Matarrita podría tener unos cuantos metros de ventaja sobre el jugador del Everton de Inglaterra, conoce más el estilo del técnico y tiene mayor regularidad que su competencia. Lo cierto es que en los carriles por afuera Costa Rica no padece.
Defensa sólida. Es la línea en la que Ramírez tiene mayores cartas para armar su jugada. Johnny Acosta lleva las riendas y su regularidad permite sacar esa conclisión: no se ha perdido un solo minuto en el campo desde que Ramírez tomó el timón. El centro de la línea goza de buenos elementos, Kendall Waston levanta la mano, Óscar Duarte mantiene su buen nivel y GiancarloGónzalez siempre es garantía de seguridad.
Medio Campo. La línea que brinda el equilibrio en el terreno de juego es la más estable. Ante Uruguay, el pasado 8 de setiembre, fue la línea que tomó el control de las acciones. Ante Sudáfrica tuvo un pecado que terminó en las redes de Keylor Navas. Johan Venegas fue anticipado por un rival y la zaga no pudo contener una jugada de pared rival.
Ante Estados Unidos, David Guzmán hizo que la ausencia de Yeltsin Tejeda, por lesión, no se sintiera y Celso Borges tuvo un mayor manejo de balón y conexiones acertadas con los atacantes.
Protagonistas en la línea final. Uno de las vías usuales en Óscar Ramírez para atacar son los costados. Falta pulir el puntillazo final pero la fabricación para llegar ahí camina bien. Ante Estados Unidos fue frecuente ver las combinaciones entre Bryan Oviedo y Joel Campbell; y Gamboa con Venegas, tomando a Celso Borges o a Marco Ureña para tirar una pared. El gol ante los estadounidenses fue un claro ejemplo.
Sacrificio. La Sele prefiere presionar más la salida del rival que arrecostarse y regalar la iniciativa. La única excepción fue ante Brasil, pero ante la Celeste, Sudáfrica y los Estados Unidos los costarricenses apostaron por una presión más adelantada y eso generó frutos. Los costarricenses no regalan un balón y la entrega no se puede discutir.
Por mejorar:
No hay gol. El mayor pecado en el engranaje de Costa Rica es la poca, o nula, confianza que tienen los delanteros de cara al marco rival. El equipo genera, lleva opciones pero si el fútbol se ganará por perdones la Tricolor golea. Marco Ureña tuvo tres opciones claras para sentenciar al portero Tim Howard. Johan Venegas parece no tener la suerte de su lado y, sin portero, su remate se estrelló en la espalda de un rival en la línea de sentencia. Joel Campbell por fin volvió al gol, pero su actuación todavía tiene mucho que pulir, su falta de minutos en el Arsenal le pasan factura y, hasta hoy, principalmente en la segunda parte, tuvo destellos de lo que es capaz de dar.
Táctica fija. Óscar Ramírez con Alajuelense tenía en la táctica fija uno de sus puntos altos para hacer daño. En cuatro juegos con la Mayor, este aspecto todavía no aparece en el libreto. No se ve elaboración, aunque hay que reconocer que para lograr avances en este punto se necesitan horas para repasar y prácticar, y tiempo es lo que menos tiene el técnico con el grupo.
Último pase. La Tricolor tiene buenas transiciones en ataque pero suele caer en imprecisiones en el último pase. En la primera parte ante los Estados Unidos padeció en ese punto, puntillazos que fueron presa fácil para el rival o balones que se perdían en la línea de banda sin mayor necesidad.
Faltas innecesarias. Perder un hombre en partido en la eliminatoria sería un pecado difícil de sobrellevar. Hoy el zaguero Johnny Acosta tuvo una acción dividida con un volante estadounidense donde el árbitro bien pudo decidir expulsarlo en lugar de mostrarle la tarjeta amarilla. Ambos jugadores fueron por el balón, pero la diferencia estuvo en que el tico dejó sus tacos de frente. Acciones que se pueden pagar caro cuando los juegos definen puntos y un pase a la hexagonal.
Costa Rica dejó una buena impresión para lo que será el primer paso en el camino hacia Rusia 2018 cuando reciba a Haití el próximo 13 de noviembre en el Estadio Nacional.