En el segundo tiempo del encuentro entre Cartaginés y Limón se escucharon insultos racistas desde la gradería oeste del estadio Fello Meza.
Se detuvo el partido por unos cinco minutos y las acciones no trascendieron a más.
Ante esta situación, el presidente del Cartaginés, Daniel Vargas, aseguró que los jugadores limonenses provocaron la respuesta de los aficionados.
“Desde principios del segundo tiempo empezaron a perder tiempo, ostentosamente, aparte de algunos gestos, lo que provoca a algunos seguidores nuestros, por lo que esto debe ser evaluado por el cuerpo arbitral en su informe”, destacó el jerarca.
El Cartaginés ya había sido sancionado en este torneo, cuando el jugador del Herediano, Waylon Francis, denunció ante el cuerpo arbitral que lo estaban ofendiendo por su color de piel.
Ayer, el árbitro Andrés Alpízar suspendió unos minutos el partido, cuando el jugador Eder Nelson, quien jugara también para el Cartaginés, le manifestó que lo estaban insultando.
Alpízar se dirigió al cuarto árbitro, Henry Bejarano, para comunicarle el hecho, y este a la vez, le pidió a la miembro de la junta directiva y delegada del juego, Antonieta Flores, que ordenara anunciar por los altavoces que si seguían los insultos se iba a suspender el duelo. El partido se reanudó y se espera lo que diga el informe arbitral.
“Sería injusto que se nos sanciones, yo estuve en el sector de sombra, donde también aficionados gritaron, pero lo tradicional, mentadas de madre, burla a rivales, etc, pero nada con connotación racista”, enfatizó por su parte, el gerente del Cartaginés, Jorge Ortega.