Limón. Lo que Pérez Zeledón alcanzo ayer aquí, con su victoria de 1 a 2 frente al equipo local, es algo más que haber sacado la tarea, fue una hombrada que hoy lo acerca a los cuatro grandes.
Con la idea clara de lo que había que hacer, y dejando en el terreno de juego todo el esfuerzo que fuera necesario, el conjunto visitante construyó las condiciones necesarias para neutralizar a un rival que, una vez más, reiteró sus ya acostumbrados errores defensivos, lució débil de ideas en la media cancha y, para variar, volvió a ser inofensivo en el ataque.
Pérez Zeledón, sin lugar a dudas, ayer hizo valer su reputación de guerreros frente a un Limón que, aunque arguya que quizá tuvo mayor control de balón y se insinuó más sobre el marco contrario, eso no resulto trascendente.
Daniel Casas, con ese conocimiento y esa experiencia que le caracteriza, supo acomodar a su gente de la media cancha para atrás y salir, en el momento oportuno, con el atrevimiento y la contundencia necesarios.
La primera anotación, en piernas de Bryan Sánchez, la consigue al 15', después de que Henry Cooper había intentado abrir el marcador con un remate de media distancia.
Cooper fue llamado a conseguir el empate 14 minutos más tarde y, también, a desaprovechar la oportunidad de irse arriba en el marcador, al fallar un penal que adivinó Sequeira.
Pérez Zeledón, fiel a lo establecido, se mantuvo enconchado atrás a la espera del momento oportuno y este llegó al 70' cuando Fabrizio Ronchetti, volvió a sorprender a la penetrable defensa limonense y marcó su décimo tanto del torneo.
El encuentro, seguido por muy poco público, fue muy cortado producto de las constantes faltas, derivadas de la estrecha marca que desplegaban ambos cuadros o por los constantes saques de banda merced a la estrechez de la cancha.
Muy poco fútbol fluido y con sentido, con excepción tal vez de cuando entró el veterano Kurt Bernad, que sigue siendo hombre de cambio.