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Luis Stewart Pérez envía a la red este cabezazo, el cual no puede detener el portero Alejandro Gómez. Fue suficiante para que Pérez Zeledón le sacara una victoria a Cartaginés, por marcador de 1-0. | ALBERT MARÍN
San Isidro del General. Pérez Zeledón estiró una ventaja tempranera y dejó que Cartaginés se desesperara para sentenciar la segunda derrota consecutiva de los brumosos.
Los generaleños se la jugaron bien, pues sabían que la falta de gol blanquiazul fue uno de sus principales yerros en lo que va del Invierno 2014 . Sabían que golpear primeros les acomodaría las cosas.
Los primeros minutos fueron intensos. El brumoso Carlos Hernández estrelló un balón en el horizontal apenas al minuto 2, pero los Guerreros del Sur de inmediato contestaron con una jugada fabricada en táctica fija.
Luego, Alejandro Alpízar, goleador y constructor de los generaleños, puso un balón justo en la cabeza de Luis Stewart Pérez, quien anotó de cabeza, al 9’. Desatención en la marca del debutante chapín Sixto Betancourt, que pese al descuido, dejó buena impresión.
Además, Cartaginés podía estar en desventaja, pero tenía dominio del balón. Se podía aspirar al empate. Su pecado fue, otra vez, la poca respuesta ofensiva en sus filas.
Débil reacción. A diferencia de lo que mostró ante el Herediano, el técnico blanquiazul, Mauricio Wright, empleó una serie de variantes en su cuadro estelar, algunas obligadas por las lesiones de piezas claves en el engranaje.
Y si ya con delanteros natos se le hace complicado anotar, con un volante como Gabriel Leiva, improvisando en ataque, la misión pareciera aún más difícil.
Lo intentó; sin embargo, el joven Leiva terminó diluyéndose en el juego, al mismo tiempo que las variantes ofensivas de los brumosos.
Cartaginés se desesperó y se tiró con todo al ataque, mientras que los sureños se dedicaron a inyectar dosis de peligro con un fútbol simple y de pinceladas largas.
En el cierre, inclusive, el meta brumoso Alejandro Gómez acabó metido en el área en un tiro de esquina, pero de nada sirvió.
Así, Pérez Zeledón amasó su ventaja y la estiró a más no poder para que diera cobija durante los 90 minutos, apenas para dar una inyección de confianza al trabajo de Víctor Abelenda en el banco.
