La cancha del estadio Municipal de Pérez Zeledón se bañó ayer con una una fiesta de agua y goles (6-4), en la que los guerreros detuvieron a los santistas y les robaron la ilusión de clasificar a la siguiente ronda.
La cancha del estadio Municipal de Pérez Zeledón se bañó ayer con una una fiesta de agua y goles (6-4), en la que los guerreros detuvieron a los santistas y les robaron la ilusión de clasificar a la siguiente ronda.
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