Hoy Pablo Nassar es más dirigente que exfutbolista. Así lo decidió el día en que el jerarca manudo, Fernando Ocampo, lo invitó a ser su máximo confidente en las decisiones deportivas. Como miembro de la directiva, el exzaguero tiene que dejar de lado los sentimentalismos. No le ha sido fácil, la lista de amigos se acorta cada día.
"Cuando me piden ser parte de la directiva, tengo que pasar a la acera de enfrente, en el sentido de que ya no puedo pensar como exjugador, solo puedo pensar en el bien de la institución. Sí le digo que desde que tengo este trabajo he perdido a muchos amigos exjugadores y la lista se hace cada vez más pequeña", confesó Nassar.
Con 40 años, un título en Administración de Negocios en Life University de Estados Unidos y una maestría del Incae, Nassar es la antítesis del típico exjugador, que se enamora del balón, pero no así de los libros.
Cuando recién finalizó el colegio, salió rumbo a EE. UU. para sacar su primer título. Después regresó a Costa Rica, en donde tuvo una carrera algo accidentada a causa de las lesiones.
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Militó en Alajuelense, la UCR y Pérez Zeledón, pero quizás, lo que más se recuerda de Nassar fue un gol ante Saprissa, siendo jugador de PZ. En la final del Apertura 2003-2004 le marcó a José Francisco Porras el tanto con que los generaleños ganaron esa etapa para avanzar a la final, que perdieron con Alajuelense.
Desde su formación es rojinegro. Llegó a la Liga a los cinco años, debutó en la Primera División, después de su retiro pasó al área administrativa para fortalecer las ligas menores y ahora es vocal de la directiva.
Nassar volvió al radar (sin pedirlo) el pasado fin de semana, cuando fue la primera persona en hablar con Benito Floro, antes de que la directiva decidiera si el técnico continúa o no al frente del barco erizo.
Durante la conferencia de prensa posterior a esta decisión, Ocampo reconoció que, gran parte, de la determinación se tomó con base a las recomendaciones de Nassar, un tipo al que definen como analítico y reservado.
Cada miembro de la junta rojinegra compone un área específica dentro del club; a Nassar le correspondió la más mediática, sin ser una persona a la que le encanten los focos de las cámaras.
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Por Nassar pasan todas las medidas deportivas del equipo, aunque asegura, e insiste, que su función principal es evaluar los posibles escenarios en torno a cada decisión y explicar las consecuencias de cada una de ellas.
No es fácil. Le gusta utilizar todas las herramientas posibles para hacer sus análisis, como estadísticas y, en algún punto, su experiencia como exjugador. Quizás es aquí donde más provecho le saca a esa faceta de su vida.
También se encargó de mostrarle a Floro el perfil de cada futbolista de la institución, con sus pros y contras.
A diferencia de sus etapas anteriores en la Liga, en esta no gana un salario. Al igual que el resto de los directivos, tiene un trabajo fuera del fútbol y aprovecha parte de su tiempo para cumplir con sus funciones dentro del club.
Le ha servido la experiencia que acumuló como encargado de la reestructuración de las ligas menores. Con Jorge Hidalgo como presidente, tuvo la responsabilidad de hacer que los equipos inferiores fueran autosuficientes.
"Es una persona con disciplina de trabajo, muy serio y no le gustan las cámaras", explicó Hidalgo.
Ocampo reconoció que le pone tanta atención a Nassar como a su madre. El exjugador asegura que la frase del presidente es más por el respaldo que le tiene, y no porque lo que diga sea santa palabra en el club.
"El comentario del presidente (Ocampo), a pesar de que tiene peso, lo hace por un tema de que yo soy el directivo que tengo el enlace con la parte deportiva", apuntó Nassar.
Aunque estudiaron en el mismo colegio, Ocampo y Nassar se conocieron hace poco, cuando el hoy jerarca lo invitó a formar parte de su junta directiva. En una reunión, coincidieron en muchos puntos. Así nació la relación.
Ambos tenían el anhelo de convertir a la Liga en un club internacional, en un ejemplo a seguir en el área.
Nassar reconoce que el camino hacia ese profesionalismo se podría allanar si los resultados deportivos empiezan a acompañar al equipo. No es lo mismo crear propuestas frescas y novedosas con un club ganador, que con otro que viene dando tumbos y no levanta la cabeza.
"Toda experiencia tiene sus momentos difíciles, duros y de felicidad, depende de cómo se enfrenten y sobre todo pensando en lo que puede ser mejor para la Liga", concluyó Nassar.