Redacción
Aquella filosofía de juego que manejaba Odir Jacques como entrenador, en la que se lanzaba al frente de forma temeraria y sin miedo a arriesgar con cuatro o hasta cinco atacantes, se convirtió simplemente en un mito.
El actual timonel florense dejó atrás una fórmula en la que solo apostaba por el vértigo en ofensiva y no tomaba previsiones atrás, como sucedió en el Verano 2012, cuando salió campeón. Ahora sacó su lado más mesurado, en el que busca un equilibrio y toma previsiones sin importar si tiene que poner cuatro recuperadores.
El cambio es rotundo en Jacques y así lo analizan jugadores a los que dirigió en Saprissa entre 1990 y 1992 y en sus diferentes pasos por el Team, quienes aducen que el estratega aprendió a cuidar los resultados, poblar más la mediacancha y si es necesario utilizar un solo ariete y no tres como acostumbraba.
"Odir cambió porque en el fútbol moderno no todo es para adelante. Ahora tiene en cuenta riesgos que tal vez antes no veía y cuando tiene que cerrar un juego lo hace sin problemas. Ya no es aquel que se va como loco al frente y así se vio ante la Liga, ante la que terminó con tres recuperadores", indicó Rónald González.
El libreto de Odir varió en todos los aspectos, actualmente toma en cuenta al rival y según Roger Flores las diferencias se notan incluso en el comportamiento que tiene en el banquillo.
"Ahora es más mesurado en su personalidad, en el banquillo y ya no es tan agresivo con la prensa y con los jugadores. Además, antes arriesgaba sin mirar las fortalezas del otro equipo, pero ahora prevé lo que puede presentar el rival", señaló Flores.
Los tropiezos que tuvo Jacques con Cartaginés y Pérez Zeledón, tras el cetro que ganó en 2012, pudieron ser los revulsivos que motivaron al brasileño a buscar una alternativa diferente.
"El cambio pudo darse porque analizó que era un poco suicida su comportamiento. Me imagino que aprendió en el momento que ya no le daban resultados sus planteamientos ofensivos porque eran muy arriesgados", agregó Evaristo Coronado.
Odir no perdió su esencia, sin embargo, evolucionó con la idea moderna de juego y para José Miguel Cubero, la figura de Minor Díaz como asistente le ayuda a balancear lo que pretende del equipo, para cuidar los dos frentes y estar muy cerca de un nuevo título.
"Antes él era casi que 100% ofensivo, pero ahora modificó su estilo y siento que Minor también le ayuda a hacer un balance", concluyó Cubero.
El estratega rojiamarillo se reinventó, aprendió que una zona baja sólida puede potenciar el ataque y ya no es el técnico temerario que se lanza con todo al ataque, ahora no se sonroja si debe defender para amarrar un resultado y más aún si está un título de por medio.