Desde niño a Néstor Monge se le ponía la piel de gallina cuando los equipos salían a la cancha y veía la Cueva repleta de camisetas moradas y pasión.
Ese sueño de jugar un clásico con el equipo de sus amores podría llegar a concretarse mañana mismo, si Jeaustin Campos decide darle la oportunidad al volante de contención generaleño.
Es de las emociones a las que Néstor ha tenido que acomodarse este semestre. Desde su llegada a Saprissa no para de ver con ilusión partido a partido, y ahora, que ha sido titular en los últimos juegos, palpita la oportunidad de formar parte de esa gran tradición que es el clásico.
Lo suyo va con advertencia: en partidos grandes, como este, todos los detalles cuentan y el error se cobra muy caro. Y lo sabe.
“Ansias, lo normal. Primero hay que canalizarlo bien, ser consciente de lo que se juega, de que es un partido diferente, en el que hay que rendir al 100%”.