Con la misma paciencia que esperó un año –y dos días– Mynor Escoe se propone irse ganando de a poco el campo en Saprissa. Sabe que le tomará tiempo sentirse al 100% y recobrar la confianza, además de que la competencia en la delantera morada será dura.
“No le voy a decir que me siento al 100% porque fue mi primer partido. Poco a poco, mientras me vayan dando los minutos... Va a ser importante para mi, mi estado físico, mi estado de confianza, tanto dentro como fuera del terreno de juego”, comentó ayer Escoe.
El delantero saprissista ingresó de cambio el miércoles, ante Belén. Fue en la misma gramilla sintética que se estrenaba en la Cueva el pasado 6 de octubre de 2013, hace un año y dos días, cuando a Escoe se le deshizo la rodilla derecha.
La recuperación, acotó el médico Esteban Campos hace una semana, fue un milagro. Pocos o casi ningún jugador regresa de eso.
“Uno tiene que aprender a saber que en el fútbol pueden pasar este tipo de cosas, uno tiene que aprender a conllevarlas porque es parte de. A mi se me hizo difícil, porque nunca había tenido una lesión tan larga y nunca me habían operado.
“Mi familia fue mi máximo soporte y gracias a ellos y a Dios, porque me da la oportunidad de volver a hacer lo que me gusta”, agregó el número 77 de Saprissa.
Escoe entró ovacionado al partido, cuando la S perdía. Jugó 33 minutos y provocó, en una de sus típicas corridas, que el defensor José Carlos Chan saliera expulsado.