El regreso de Michael Barrantes a Costa Rica acabó por ser más atropellado de lo que se esperaba. Después del supuesto interés de Saprissa y la Liga, acabó por vestirse con la casaca de Cartaginés, en donde inició como titular, pero terminó en el banquillo.
Aparentemente, su relación con el timonel blanquiazul, Jeaustin Campos, influyó en las presencias constantes de Barrantes en las graderías. Quizás inesperado, después de volver al país tras siete años en el exterior, con un Mundial encima y todavía en buena forma.
Después de seis meses, Barrantes se alejó de la Vieja Metrópoli para comenzar una nueva travesía, al lado de quien fue su compañero en Saprissa: Wálter Centeno.
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Acumula seis partidos como titular y ayer marcó su primer doblete después de 13 años. La participación de Barrantes en la escuadra griega no pasa desapercibida.
Es uno de los volantes que más salida le da al equipo, también pisa el área rival y es un cobrador peligroso en las jugadas de táctica fija.
"Barrantes tiene mucho camino en Selección y en club grande. La técnica le ayuda en nuestro sistema, cualquier jugador que tenga buena técnica se va a adaptar bien. Me alegra porque en Cartago no jugaba como lo hace en Grecia", recalcó Centeno.
Eufórico. Con 33 años, a la carrera de Barrantes todavía le queda cuerda. Después de marcarle a Limón de tiro libre el pasado domingo, celebró con la euforia de un juvenil. Recuperó la compostura rápido, apenas el árbitro señaló la reanudación del duelo.
Se colocó en su puesto y giró órdenes entre sus compañeros. Barrantes cree que los pequeños detalles son los que explican el por qué de su buen desempeño.
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Aún siendo un equipo pequeño, el pueblo de Grecia vive con intensidad cada duelo. En la mayoría de partidos de local se observan buenas asistencias y el grupo lo percibe.
Barrantes conoce bien al cuerpo técnico y a la mayoría de futbolistas, compañeros en distintas etapas y, en muchos casos, con ganas de demostrar que todavía tienen mucho que dar.
"Me he acoplado muy bien, conocía desde antes a la mayoría de compañeros y el cuerpo técnico me ha dado la confianza. Creo que cuando se acumulan una serie de detalles es cuando se puede explicar lo que se ve en la cancha", recalcó Barrantes.
Más maduro en el discurso, Barrantes entiende que juega con el recién ascendido. De entrada, asimiló la idea de posesión de balón a la que aspira Centeno y admite que el gran desafío es encontrar el equilibrio entre llegar con frecuencia a la puerta rival y evitar los goles.
Está en los volantes uno de los aspectos clave de esta propuesta, pues cada robo de balón se convierte en una jugada de peligro del adversario, ante los riesgos que asume el equipo para dejar desprotegida su área, en busca de sumar más jugadores en la medular.