El 4 de julio de 1993 está marcado con un círculo rojo como la fecha en que, por última vez, Argentina levantó un trofeo de campeón en categoría mayor.
Para aquel día, ninguno de los actuales integrantes de la Albiceleste tenía más de diez años. Lionel Messi recién había llegado a los seis, el Kun Agüero tenía 5, los mismos que Ángel di María, Gonzalo Higuaín, Nicolás Otamendi y Ever Banega.
Javier Macherano, uno de los veteranos, apenas tenía ocho.
Este domingo, cuando faltan ocho días para que se cumplan 23 años desde que los ché ganaron su último galardón oficial (Copa América Ecuador), Messi y compañía encaran lo que ha sido el reto eterno en las últimas décadas: subir a la gloria o mantenerse en la oscuridad.
Desde que aquella selección liderada por Gabriel Batistuta, Diego Pablo Simeone, Fernando Redondo, Óscar Ruggeri y Sergio Goycoechea ganó la Copa América, el equipo argentino fracasó en todos los intentos de subir al podio a recoger un trofeo ilustre.
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Tropiezos. Pasaron seis mundiales, ocho Copas América y nueve entrenadores, pero ninguno repitió el éxito de los entonces dirigidos por Alfio Coco Basile.
Incluso, ni desde la irrupción de Lionel Messi, un 17 de agosto de 2005, Argentina trascendió más allá en un torneo.
Con la Pulga a bordo, el combinado celeste y blanco se quedó en cuartos de final de los Mundiales Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, perdió la final de la Copa América 2007, fue eliminado en cuartos en Argentina 2011 y perdió la edición de Chile 2015.
Sin olvidar el trago más amargo en la carrera de Messi: caer en la final de la Copa del Mundo Brasil 2014 ante Alemania (0-1).
Este domingo, a partir de las 6 p. m. (hora tica), Messi y la Argentina están expectantes de romper la sequía ante Chile, en la final de la Copa América Centenario.
“Si no ganan el domingo, mejor que no vuelvan”, dijo, medio en broma y medio en serio, el histórico Diego Armando Maradona en una entrevista días atrás.
Aunque el Pelusa le bajó el volumen a su frase con una sonrisa, no deja de tener razón.
Si la Albiceleste pierde la final con los chilenos, esta generación de futbolistas seguirá encasillada dentro del fracaso que significa pelear los títulos y ver cómo otros se los celebran en la cara.