De su boca no ha salido, pero sí de las entrañas del estadio Ricardo Saprissa, en donde aún retumba el rumor de que Luis Augusto García renunció porque se cansó de las cosas que pasan en el Campeonato Nacional de futbol.
El se limita a encasillar su dimisión en "situaciones personales", las que tampoco detalla, pero allegados a la directiva y al mismo equipo confirman que la paciencia de García se agotó.
Razones: muchas y todas externas. De acuerdo con varios informantes, a García lo desilucionó la forma en que se maneja el torneo y situaciones que rodean los partidos, las cuales a su juicio únicamente producen daño y destrucción.
Es curioso, pero recuerdo que en una de sus primeras entrevistas García alababa el trabajo de los árbitros costarricenses. Sin embargo, ese fue uno de los principales motivos de su desazón.
El primer partido de la fatídica tercera vuelta, que Saprissa perdió ante Herediano 1-2, fue un duro golpe para el pequeño y sentimental entrenador colombiano.
Acusaciones de que majó al guardalínea José Fabio Barrantes, luego desmentidas por el Comité Disciplinaria, y la sanción de dos jugadores (Roy Myers y Mauricio Wright) comenzaron a lavarle la voluntad.
Castigos, expulsiones y lesiones se sumaron a su malestar, especialmente ante la imposibilidad de poder formar a su equipo regular.
García siempre se quejó por eso. Siempre se lamentó porque en todos los partidos debía descontar de la formación a uno, dos o más jugadores inhabilitados por diferentes razones.
Roy Myers, a su juicio el jugador más importante en su planteamiento, no estuvo en 14 fechas pues estaba castigado. Eso le dolió. "Si hay un jugador que me hace diferencia es Roy", decía insistentemente.
Otras veces García reclamó los goles anulados, también denunció los ardides de los rivales para frenar al Saprissa y reiteradamente exhortó a que en el país se implantara el control antidopaje.
"El sentía que estaba peleando en una batalla cuesta arriba y contra eso es muy difícil luchar", confesó un directivo morado.
Fue una decisión que se veía venir, según lo confesó el propio Roy Myers ayer. "A nosotros no nos sorprendió, él nos lo había comentado desde hace algunos días".
Como el mismo Chiqui lo calificó semanas atrás, el Campeonato es una carrera de resistencia, más que de velocidad, y al parecer el técnico se desgastó antes de llegar a la meta.