Limón. Luego de la derrota por 7-0 que sufrió Limón el jueves en su visita a Belén, el cuerpo técnico, personal administrativo y jugadores se aislaron ayer con tal de analizar el mal momento del club.
La encerrona del equipo se dio a partir de las 5 p. m. en el estadio Juan Gobán, y fue en lugar del entrenamiento vespertino.
Según Martín Montoya, encargado de prensa del club, el equipo se encontraba bastante triste por el mal momento que vive y por la debacle frente a los belemitas.
Los caribeños no han sumado una sola victoria en sus últimos 13 encuentros, siete como locales.
La angustia que embarga al conjunto verdiblanco fue evidente en el hecho de que ninguno de los futbolistas quiso dar declaraciones.
“El portero, Erick Sánchez (que cargó con los siete goles), fue el más enfático al expresar que no quiere hablar con la prensa, igual respuesta hay de los demás muchachos, quienes apagaron los celulares”, explicó ayer el vocero.
Por su parte, el director técnico del equipo, Fernando Sosa, comentó antes de la reunión: “Tendremos una encerrona con los muchachos para ver lo que pasó, hicimos un primer tiempo aceptable y un segundo tiempo desastroso”, admitió el uruguayo con franqueza.
Sosa añadió que “queremos cerrar bien con un gane en casa, es un partido importante por la dignidad del equipo, el cual no ha tenido un buen torneo. Vamos a enfrentar el partido ante Cartaginés con la misma seriedad de siempre”.
En dicho encuentro, los verdiblancos no podrán contar con el espigado defensor Derrick Johnson, quien fue expulsado ante Belén.