A los legionarios ticos que juegan en Europa los une un mismo anhelo: saltar a las ligas más competitivas del planeta futbolero. Sin embargo, para concretar este sueño mayúsculo primero deben superar barreras muy difíciles.
Solo Gilberto Martínez está en la élite, pues su equipo Brescia regresó esta campaña a la prestigiosa Serie A, donde le tocará jugar ante las constelaciones del Inter, la Juventus o el AC Milan.
Bryan Ruiz está bien colocado en uno de los mejores clubes de Holanda, y se da por descontado que pronto va a tomar el ascensor rumbo a España o Inglaterra.
El resto de la legión europea milita en campeonatos de perfil mucho más bajo. Hay cuatro en Noruega (dos de ellos en Segunda División), tres en Dinamarca y tres en Bélgica, entre otros. Keylor Navas merodea la liga española, pues fichó con el Albacete de la Segunda categoría; a partir de ahora tratará de subir al siguiente peldaño.
Si nos atenemos a las estadísticas, la mayoría de los legionarios se quedará en el intento. En la década anterior solo Paulo Wanchope (Inglaterra y España) y Gilberto Martínez (Italia) lograron colocarse en alguno de los campeonatos de más prestigio. Winston Parks firmó con el Udinese, pero prácticamente no tuvo ningún protagonismo.
Una década más atrás, Hernán Medford pudo aterrizar en Italia, Austin Berry y Juan Cayasso en Alemania y Gabelo Conejo y Ronald Gómez en España. Los casos son muy pocos como para imaginar una invasión de futbolistas ticos a las grandes vitrinas del mundo.
“En Costa Rica yo creía que marcaba bien. Cuando llegué aquí me di cuenta de que estaba muy lejos de eso, como contención. El futbol es mucho más directo” afirmó el mediocampista Randall Azofeifa en su casa de Gent, Bélgica.
Los equipos por lo general les dan un plazo de varios meses a sus fichajes para se adapten. Esteban Alvarado, quien llegó en julio al AZ Alkmaar de Holanda, deberá tener paciencia durante este primer semestre, pues ni siquiera lo están tomando en cuenta para los partidos de Liga de Europa.
También deben acostumbrarse a vivir lejos de la familia, en otra cultura. La mayoría viaja con la esposa o con la novia, o bien se llevan a la mamá en los meses iniciales, para que les enseñen a cocinar y a atender otras labores domésticas.
En el plano deportivo, el rendimiento debe ser constante. A nadie lo contratan porque hizo uno o dos partidos buenos; tienen que sostenerse durante un buen tiempo en el pico más elevado de la curva.
La competencia es contra brasileños, argentinos, uruguayos y los propios europeos. Jan Schifloe, agente FIFA de jugadores, que acumula mucha experiencia con costarricenses, considera que en este momento solo Bryan Ruiz tiene suficientes condiciones para ascender hasta lo alto de la escalera.
“Parte del problema es el campeonato en Costa Rica. En este momento el nivel es mucho más bajo que hace diez años. Los equipos no se entrenan tan fuerte, necesitan mejorar”, afirmó desde EE. UU.
Mientras tanto, la legión sigue incubando la ilusión de colocarse en España, Inglaterra o e Italia. Llegar a Europa fue un primer paso, pero solo eso: sueñan con más.