Ciudad Quesada. La angustia acabó para el mexicano Julio César Pardini.
Después de 19 jornadas sin celebrar un gol y de ser blanco de las críticas por su bajo desempeño, le dio el tanto del triunfo al Team en la difícil visita a tierras norteñas.
Pardini reconoce que estaba muy golpeado emocionalmente, ya que después de dos meses en el club rojiamarillo, no había logrado rendir como lo anhelaba.
“La verdad estaba desesperado por no adaptarme y no estar al 100%, pero nunca bajé los brazos en esos meses difíciles”, apuntó.
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Pardini asegura que el gol ante los norteños le da mucha confianza, aunque considera que lo más importante es que le permite pelear por un puesto en el once titular.
El azteca empezó la campaña con un rol poco relevante en el conjunto florense, pues la mayoría de los duelos los vivió desde el banquillo.
Aunque todavía no es un futbolista decisivo, al menos ha mostrado un crecimiento en su rendimiento en los últimos partidos.
Esto le permite dar la batalla por un espacio en el plantel estelar, a las puertas de la cuadrangular final.
“Quería una oportunidad de ser titular y el profesor (Hernán Medford) me la dio. Es importante que se dé ahorita que viene la etapa final del torneo”, agregó Pardini.
Dificultad. Insiste en que le ha costado muchísimo acomodarse a las canchas sintéticas de Costa Rica.
Sin embargo, el asistente técnico del Team , Mauricio Solís, añadió un factor adicional que dificultó la adaptación de Pardini: la ausencia de la familia.
“Desde que su esposa y sus hijos llegaron al país, es otra cosa. Julio es otra cosa, está mucho más acoplado con el grupo”, apuntó Solís.
En el cotejo de este domingo, remató de seguido, fuerte y cruzado y su disparó acabó en las redes de Alfonso Quesada, al minuto 59.
En la celebración, se dirigió al banquillo para chocar las palmas con todos los compañeros y miembros del cuerpo técnico.
“Ellos fueron los que me cobijaron en estas semanas”, concluyó el artillero.