Pavas. Los campeones siempre tienen ese factor especial en el que si se complican, saben resolver. Eso hizo Herediano ayer cuando parecía que se le escapaba el partido ante la Universidad de Costa Rica.
Un gol de Esteban Ramírez al 79', cuando apenas tenía unos segundos en el campo, le dio al Team un empate que cualquiera diría que merecía. Sin embargo, lo mismo le pasó a otros ocho equipos en el campeonato: ante la U, todos parece que merecen un poco más, pero nadie salió con la victoria.
Quizás sea cierto lo del merecimiento, porque el apretado bloque académico no es lo más vistoso de la Primera División. Más ahora que los celestes encontraron el estadio Ernesto Rohrmoser de Pavas y sus pequeñas dimensiones para hacer la combinación perfecta.
No obstante, aunque a pocos les guste ver una línea de cinco zagueros y dos contenciones defendiéndose, mejor dicho, blindándose, algo de mérito hay que darles, pues saben a lo que juegan y lo explotan demasiado bien. Su quinto lugar en la tabla de posiciones y su invicto de nueve fechas así lo demuestran.
A través del partido los florenses lo intentaron, pero se vieron incómodos. Otra virtud lo de los académicos: hacer perder la paciencia a su oponente de turno.
La necesidad de tirarla largo debido a los pocos espacios libres que quedaban en la cancha hizo que los propios jugadores rojiamarillos reflejaran en su rostro todos los problemas que había en la cancha.
Eran tan limitadas las vías de pase, que Víctor Núñez, voraz nueve y con hambre de récord, tenía que bajar más de la mitad de la cancha, desesperado por tocar la pelota . Tanto, que sus propios compañeros y Briance Camacho (ayer técnico porque Marvin Solano estaba en la boda de su hija) le recordaban que lo suyo es al frente.
Desenlace. Así que con ese panorama lo que había en la cancha era lucha en las alturas y la tediosa espera de un error, una tercera característica del conjunto universitario.
Por eso se puso al frente con el gol del solitario delantero Lucas Gómez, al 75’. En la primera que tuvieron los locales, perforaron la cabaña del Team y de Leonel Moreira. Todo el reducto pensó: “la U lo hizo otra vez. Se salió con la suya”.
Pero ahí apareció la gran virtud del actual campeón, pues Herediano no aceptó que un equipo que no tenía la posesión de pelota y no tenía las opciones de gol lo venciera.
Apareció Ramírez al 79’, un cabezazo envuelto de justicia.