Heredia El Club Sport Herediano le enseñó la cédula a Belén y le dio una lección de que los años no pasan en vano y que la timidez sale cara.
Hubo duelo de hermanos en el Rosabal Cordero; el ganador fue el adulto, el que siempre llevó las riendas del encuentro. Y quien le demostró al de menor edad que ser atrevido usualmente da buenos resultados.
En la comodidad de su casa, el Team no pasó apuros tremendos para iniciar con victoria 3-1 el torneo veraniego.
Los rojiamarillos, vestidos de blanco ayer, aprovecharon las bondades de la táctica fija para marcar los primeros dos goles y lograron un tercero tras desarmar a la zaga rival.
Keyner Brown de cabeza al 34’, Óscar Esteban Granados de toque sutil al 64’ y Elías Aguilar de zurda al 78’ firmaron las anotaciones del subcampeón.
El único sobresalto experimentado por los ‘visitantes’ fue el gol belemita nacido de una desatención de la parte baja apenas iniciando el complemento.
El tanto, obra de Bryan López, dejó por unos instantes con el ceño fruncido al debutante Mauricio Wright, mas, él mismo se encargó de reacomodar el duelo con movidas desde el banquillo para acabar sin congojas ni preocupaciones el compromiso.
El nuevo Herediano. En su estreno con el buzo de entrenador florense, Wright mostró pinceladas de lo se presume será un cuadro ofensivo, ordenado y con la directriz precisa de sufrir lo menos posible en la parte baja.
La versión 2015 del Herediano exhibió una línea de tres hombres al fondo compuesta por el capitán, Pablo Salazar, Cristian Montero y Keyner Brown.
En esa retaguardia, el espigado Brown recordó la época de jugador de su entrenador: un zaguero versátil, sin amarras y obsesionado por irse al ataque.
No en vano Keyner abrió la senda de la victoria al meter un testarazo que dejó sin efecto al meta Erick Sánchez.
Por los costados, Verny Scott y Mauricio Núñez hicieron de carrileros, acompañados unos pasos arriba por José Luis Cordero y José Sánchez con el rol explícito de inquietar a perfil cambiado.
Wright usó el doble candado formado por Óscar Granados y Gabriel Gómez, aunque con el paso de los minutos el panameño acabó sustituido para darle campo a Elías Aguilar quien le inyectó mayor dinamismo al equipo.
Arriba, Yendrick Ruiz aportó lo suyo: incomodó a la defensa, pivoteó y metió peligro.
Esta vez el artillero no marcó pero se lució con un taquito que terminó en el botín de Aguilar para finiquitar el negocio.
En resumen, Herediano mantuvo su esencia en un ensayo que sirvió para probar variantes.
Y en general, el hermano grande le recordó al pequeño que la experiencia y el colmillo valen más que el ímpetu y el deseo.