Pasando el balón de pie y a pie y con hombres de mucha velocidad, los florenses le pasaron por encima a un equipo norteño desconocido, que solo atinó a salir del encierro cuando José Carlos Cancela fue expulsado.
El primer tiempo fue un monólogo ofensivo por parte de los florenses, quienes ya a las treinta minutos de juego ganaba 3-0.
Los rojiamarillos tienen dos semanas de no entrenar, pero esa falta de trabajo la compensaron las agallas y el orgullo., sumado a la calidad de hombre como Cancela, JoséMiguel Cubero y Óscar Briceño.
Los dos primeros son motores de alto nivel. Para intentar detener al primero, los norteños buscaron cometerle faltas cada vez que estaba cerca del balón. Por su parte, Cubero recuperó, armó, ordenó y lideró el juego de los florenses.
El papel de Briceño merece una distinción aparte. El colombiano hizo olvidar a los sancionados Froylán Ledezma y Víctor Núñez con su juego de fuerza y habilidad.
Para el complemento, Herediano volvió a golpear. Briceño cerró con gol un pase de Diego Madrigal, luego de un gran servicio del lateral Fabián Rojas.
El mismo Madrigal había puesto el 3-0, luego de las anotaciones de Cancela, la primera de cabeza y la segundo cobrando un penal.
El volante rojimarillo salió expulsado al minuto 56’, en una acción más de la deporable actuación del árbitro Édgar Rodríguez, quien tuvo que consultarle dos veces al línea si Cancela tenía amarilla, ya que él no la apuntó luego de la primera anotación.
Con esto se envalentonó San Carlos, que apenas logró conseguir un gol en los pies de Félix Montoya, al rematar un balón que quedó en el área luego de que los rojiamarillos no lo pudieran despejar.