Hernán Medford estuvo a nada de tira su gorra, la afición por poco se sale de quicio y los jugadores de Herediano casi pierden la serenidad; no por enojo, sino porque Carmelita llevó al límite la tolerancia del campeón y aunque cayó 2 a 0, fue un verdadero dolor de cabeza para el Team .
Los rojiamarillos tuvieron que armarse de más paciencia que nunca, para no perder la cabeza, tras generar nueve ocasiones inmejorables para abombar las redes y no concretar ninguna de ellas, en gran parte por culpa de la brillante actuación del arquero Luis Diego Sequeira.
Incluso, los florenses necesitaron de un autogol de Esteban Marín en el minuto 68’, para quitarse el peso de encima con el que cargaban, en un juego que dominaron a su antojo, pero se les fue complicando por no concretar.
Si no era Sequeria el que se interponía en el camino de la pelota, lo hacía alguno de los palos o hasta un defensor. La ansiedad se fue apoderando de un equipo local que agradeció más que nunca el error en el que incurrió Marín, tras el centro de Esteban Ramírez.
Medford y sus dirigidos se vieron obligados a respirar hondo, en un duelo en que se desarrolló como si se tratara de una lucha entre cazador y presa.
Los verdolagas plantaron una línea de cinco defensores que emulaba a una muralla, adelante de ellos cuatro piezas más que fungieron como columnas para soportar la arremetida y un solitario atacante que colaboró más en defender que en su labor de ofender.
Con este esquema, en el que metieron a los 11 hombres en su propio campo sin sonrojarse, aguantaron hasta el 68’, no tanto por su orden táctico, debido a que sí les llegaron y mucho.
Herediano movió la esférica por todos los sectores, abrió la cancha para imprimirle desequilibrio con sus volantes, remató de larga distancia y buscó combinar por el centro. Justo en el momento en el que nada surtía efecto, llegó el tanto y ahí se liberó el campeón.
Con la desventaja Carmelita al fin salió, aunque ya era muy tarde y no contaba con ideas para ofender, el único libreto que manejaba para visitar el Rosabal Cordero era aguantar y al final hasta terminó el compromiso sin un remate directo.
Los rojiamarillos aprovecharon que finalmente tuvieron calma y en el 77’ José Guillermo Ortiz puso el segundo. El delantero recibió de espaldas en el área, se giró y definió de pierna izquierda para darle más tintes de justicia a un partido que fue más un monólogo del Team. Colaboró: Steven Oviedo