Un total de 24 jugadores se entrenan con la Asociación de Jugadores Profesionales esperando una oportunidad en los clubes de la primera o segunda división. Nombres como Alfonso Quesada, Kendrick Pinnock, Pablo Herrera y Jorge la Flecha Barbosa resaltan en la lista.
Los futbolistas que son olvidados en el deporte costarricense encuentran una puerta de salida al olvido en la Asojupro (Asociación de Jugadores Profesionales), algunos incluso representaron a la Selección Mayor en una eliminatoria mundialista.
Algunos jugadores formaron parte de clubes tradicionales costarricenses, otros se convirtieron en legionarios cuando les llegó la oportunidad, pero ahora se entrenan con la Asojupro buscando mantener el nivel y la condición física.
El más destacado fue Pablo Herrera, cuyos inicios se dieron en la Liga Deportiva Alajuelense, se convirtió en legionario al llegar al Aalesund de Noruega, regresó al país para jugar con el Uruguay de Coronado, el club lechero le abrió las puertas para llegar al Cartaginés y tras un efímero paso volvió al cuadro coronadeño.
Luego del club coronadeño dio el salto a la Universidad de Costa Rica. El panorama del exseleccionado en la eliminatoria al Mundial de Sudáfrica 2010 tiene un gris panorama por delante, en el que las luchas legales parecen no acabarse.
"En el barrio me pongo a correr con mis amigos, de vez en cuando mejengueo y estoy en un equipo con los amigos que siempre me han apoyado, y más ahora que no tengo un equipo, son los que más me han ayudado, los que me dan las palabras de aliento para seguir luchando y mantenerme en forma", aseguró Kendrick Pinnock, jugador costarricense que ingresó a la lista de los jugadores desempleados.
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El caribeño recién concluyó un gran torneo con su último equipo, Limón FC, pero nadie acudió a él para sumarlo en sus filas para el Apertura 2017. Pinnock tuvo sus inicios en el Deportivo Saprissa, cumplió dos ciclos en el Club Sport Herediano y fue parte en tres ocasiones del equipo caribeño, la última en el Verano 2017.
"Cuando termina el torneo, yo siento que terminé jugando bien, incluso anotando dos goles a Saprissa. Salgo a vacaciones tranquilo a disfrutar con mi familia. Cuando regresé de vacaciones me fui a hablar con don Carlos Pascal, él me dice que hable con Parks y este me dijo que no iban a contar más conmigo, me quedé asustado al escuchar eso sabiendo que terminé bien el torneo", recordó Pinnock.
El jugador buscó una salida en los demás clubes del fútbol nacional, pero aseveró que los equipos tenían otros intereses para reforzarse, no en su posición. "La Asojupro me dijo que fuera a San José a entrenarme con ellos, pero como soy de Limón se me hace un poco difícil, es un gasto un poco duro que voy a tener", estimó.
Incluso Pinnock intentó llegar al Municipal Grecia, pero la noticia llegó tarde a Walter Centeno, que ya había escogido otros jugadores en su posición. "Fue muy tarde cuando me dan la noticia aquí en Limón de que no van a contar conmigo, no hubo tiempo de reacción para conseguir otro equipo", lamentó.
Otro que cayó en esta lista fue el trotamundos brasileño Jorge la Flecha Barbosa, quien espera una oferta para sumar un torneo más en el fútbol nacional. Su edad, 38 años, ha hecho que esta posibilidad se le complique.
Su experiencia se respalda con una participación en 12 clubes del fútbol nacional, además de dos experiencias fuera de nuestras fronteras, primero en su natal Brasil en el club Ceres, y luego en el Antigua guatemalteco. Pasó por clubes como el Herediano, Pérez Zeledón, Santa Bárbara, Santos, Puntarenas FC y Cartaginés.
Un caso que sorprendió a propios y extraños fue la salida de Alfonso Quesada de la Liga Deportiva Alajuelense, tras ocho años en las filas erizas. El jugador se marchó a su vecino rival, San Carlos, pero seis meses más tarde tendría que dejar el club, luego de que los Toros del Norte dejaron los estadios de la Primera División.
Incluso Quesada formó parte de los legionarios, cuando participó por año y medio en el Barbate de España, el club andaluz. En su regreso vistió la camiseta del alma máter para volver a su casa, el Alejandro Morera Soto.
El caso más inusual está en los pies de Michael Rodríguez, el costarricense pasó por varios clubes de nuestro fútbol y lejos de nuestras fronteras. Su carrera inició en Ramonense, más tarde dio el salto a Alajuelense, club del que formó parte por al menos siete años.
Se marchó al fútbol de la MLS con el Seattle Sounders, donde se mantuvo por seis meses. Su vuelta al país la hizo con Brujas. Tras su regreso, su mejor club fue el Herediano. También sumó dos clubes más en el exterior, el United Sikkim de la India y el Bayamón de Puerto Rico.
Estos jugadores han tenido que buscar nuevas formas de mantener a sus familias. En el caso de Pinnock, el limonense depende de una tienda de ropa y el dinero que le adeudaba Limón, que le han ido cancelando poco a poco. Ahora no descarta volver al fútbol nacional para el Clausura, pero tampoco se niega a trabajar lejos de las canchas.
Colaboró José Pablo Sánchez.