El pitazo final de Henry Bejarano en el Morera Soto permitió que el gritó de furia contenido en el pecho de los jugadores de Saprissa desde hace meses se liberara y finalmente encontraran el desahogo antes las críticas por el mote de “princesos”.
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“Los princesos ahora son los campeones”, así de claro fue Francisco Calvo, quien llevó la batuta de la celebración y con sus palabras levantó el estandarte de un grupo que finalmente confrontó a sus detractores y se sacudió por todas las burlas.
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El grito de “princesos,princesos,princesos...” retumbó con más fuerza desde el camerino tibaseño y sobrepaso por muchos al cántico de campeón.
No hubo jugador de la S que no se liberara y que no aprovechara la obtención de la estrella 32 para desquitarse y restregarle el cetro a cada uno de sus detractores en el certamen.
Incluso, Ariel Rodríguez portaba una camiseta en la que se leía un mensaje muy claro “de princesos a reyes” y el club tibaseño desplejó una imagen en su perfil de Facebook oficial con la leyenda “Prin.. ¿Qué?”.
Al parecer todas las burlas alimentaron el hambre de un Monstruo que rugió con fuerza, tomó la corona entre sus manos y dejó en claro que en el balompié nacional su ley es la que rige.