La actual Selección Sub-23 de Costa Rica quedó marcada por sus constantes fracasos en todos los procesos que disputó y las secuelas del nuevo traspié que agregó a la lista en el Preolímpico de Estados Unidos no se quedan ahí, ya que esa serie de tropiezos afectará en el futuro a la Tricolor mayor.
Así lo afirman algunos de los técnicos que estuvieron a cargo de una generación que se quedó en promesas y nunca dio el salto, pues este grupo era el llamado a dar el recambio en el combinado patrio mayor, de cara a la eliminatoria rumbo a la Copa del Mundo Catar 2022.
Sin embargo, el que este grupo fuera incapaz de asistir al Mundial Sub-17 de México 2011, que se quedara fuera del camino para la justa Sub-20 de Turquía 2013, que perdió la final de los Juegos Centroamericanos San José 2013 y que fue sexto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz 2014 –la peor participación de una Sele desde 1930–, hace que se piense que el grueso de estos futbolistas no darán la talla en el futuro.
“Si ya son pocos los jugadores que llegan a la Mayor aunque hayan clasificando a mundiales, ahora este grupo que no llegó a nada tendrá más dificultades. Van a ser pocos los que salgan de esta generación para la Mayor en un futuro. Tuvieron mucha exposición internacional y nunca trascendieron”, afirmó el técnico Rónald González.
La falta de experiencia en justas mundialistas pasa factura y será irrecuperable, según Luis Diego Arnáez, timonel en el premundial Sub-17.
“Muchos de estos jugadores son muy buenos e iban a crecer mucho con el roce internacional que solo dan los mundiales.
“Podían ser figuras en el fútbol nacional y también con la Selección, pero no van a llegar a serlo por la experiencia que perdieron”, estima Arnáez.
Las carencias de la Tricolor a futuro no se llenarán, según Jafet Soto, estratega en el premundial Sub-20, por lo que se deberá recurrir a otras generaciones.
“Siento que va a a haber una afectación directa en posiciones puntales porque no cuajamos un equipo competitivo en este proceso, sino que descollaron individualmente algunos jugadores como David Ramírez, John Jairo y Rónald Matarrita”, aceptó Soto.
Las razones de los fracasos no se atribuyen a la falta de apoyo y se señala directamente a los jugadores que pasaron por el grupo en diferentes momentos.
“No creo que fuera falta de apoyo y tampoco culpo solo al técnico porque hay responsabilidad de los jugadores, ya que se les dio roce internacional, pero no funcionaron en lo colectivo y les faltó protagonismo en instancias definitivas, pese a tener calidad individual”, agregó González.
Plan a futuro. Los constantes fracasos de esta generación hicieron que la Fedefútbol pensara en una reestructuración para corregir los errores y que la Selección mayor no sufra las secuelas.
“Por eso se trajo a Marcelo Herrera (director de selecciones menores) para tener una generación de recambio que inicia con la Sub-17 que va para el Mundial de Chile y que luego será la Sub-20. Si se les da espacio ellos pueden ser las figuras de recambio”, dijo Adrián Gutiérrez, expresidente de la Comisión de Selecciones.
Las esperanzas están puestas en los grupos nuevos que vienen trabajando, ya que es claro que la Sub-23 no dio la talla.
“Esperamos que esto que pasó con esta generación no afecte. Hay un grupo de jugadores jóvenes que pueden llegar a dar la renovación que se requiere, pero hay que hacer un esfuerzo total y no dejar de asistir a los mundiales menores”, advirtió Víctor Hugo Alfaro, actual jerarca de la Comisión de Selecciones.