El nombre de Fabrizzio Ronchetti puede encontrarse ahora en los libros a la par de la palabra gacela, que proviene del persa y tiene como significado elegante y rápida.
Estas dos características encajan a la perfección con el charrúa, quien en tan solo 26 segundos abombó las redes y demostró que tiene un olfato goleador depurado y es letal en el área.
El tanto del delantero brumoso se convirtió en el segundo más rápido desde que se juegan los torneos cortos, Invierno 2007, y fue suficiente para darle la victoria a Cartaginés 0 a 1, en su visita a Uruguay.
En la historia general de nuestro fútbol, sin embargo, hay goles mucho más rápidos. Se dice que el más tempranero lo consiguió Alberto Schenfeld a los ocho segundos vistiendo la camiseta blanquiazul, ante Guanacasteca, en 1990.
El tanto tempranero le permitió a los de la Vieja Metrópoli manejar el juego a su ritmo y apoderarse de la pelota, un pedido explícito del técnico Enrique Meza, quien dejó muy en claro que bajo su mando Cartaginés será ofensivo y buscará jugar siempre de pie a pie.
Meza utilizó un 4-3-3, que le permitió tener presencia en el área rival, sin embargo, el portero Darryl Parker se encargó de que el marcador no aumentara. Uruguay luchó y pudo haber empatado, pero falló en definición.