Que Juan Carlos Rojas reconozca que se “ha enfriado” con el tema de contrataciones extranjeras es solo un reflejo de lo obvio: bajo su mandato ese hecho solo le ha traído dolores de cabeza a la S.
Desde que la actual dirigencia decidió dar marcha atrás con la política de Jorge Vergara de manejar el club únicamente con jugadores costarricenses, los morados han visto desfilar a cuatro foráneos en sus filas.
La primera oleada trajo al delantero argentino Gustavo Fernández y al lateral uruguayo Juan Manuel Morales.
Los dos llegaron bajo la gestión de Alexandre Guimaraes y desde el principio dejaron claro que no venían a brillar.
El primero solo duró un torneo y se fue con la paupérrima cifra de un gol en siete presentaciones; el segundo soportó el cambio de cuerpo técnico pero no la reciente corta de cabezas.
En la segunda oleada llegaron el también charrúa José Carlos Cancela y el delantero brasileño Ricardo Costa.
Con el primero no había mucho que probar: Ya había brillado con luz propia en el Saprissa antes de la llegada de Vergara, y venía de comandar el celebrado título 22 del actual campeón Herediano.
Cancela era la apuesta segura de Daniel Casas y Horizonte Morado; Costa fue todo lo contrario.
El ariete llegó respaldado por videos y recomendaciones, un recurso muy pobre para medir a un jugador que se sabía costoso.
Su desenlace ya es conocido, pero lo que queda por ver es si Saprissa volverá a sondear el mercado internacional, o si preferirá apegarse a lo seguro: el capital humano que al menos sí pueda conocer.