Limón. Era de noche, previo a un partido. Luis Fallas y su esposa, Melissa, tuvieron el detalle de invitar al equipo a cenar espaguetis en su apartamento en el centro de Limón, con tal de reforzar esa unión que los mantiene a flote en un océano que se pica al cierre del mes.
Se sirvió la pasta y el pan, mas el gran ausente fue el queso en polvo, ingrediente que eleva el sabor, pero para el que no alcanzó el dinero.
Fallas y su esposa sintieron pena por no tener para el queso...
Sin embargo, aquellos espaguetis fueron un símbolo de unión y en el combustible de un club que se metió a la fase de semifinales entre los tres “grandes”.
“Limón no ha estado en esas etapas, pero mental, física y deportivamente están preparados (los jugadores). Acá hay unión y amor por lo que se hace, por la provincia y por dar ejemplo a los jóvenes; siento que merecemos más cosas, siempre y cuando entren al campo y sigan como han venido”, dijo Fallas.
La falta de plata es parte del diario vivir desde que fue apresado Carlos Pascall, presidente del equipo, el 2 de junio del año anterior.
Hoy el proyecto de Pascall se sostiene con pocos ingresos y por la ilusión que genera una palmera llevada por Fallas al camerino.
Esa semilla, en sentido figurado, la puso Pascall; su crecimiento depende de los futbolistas.
“Yo les dije: ustedes son los encargados de cuidarla hasta que don Carlos salga; al final no salió, pero ustedes son los encargados, y ahí está la palmera, ellos la sacan al sol y le ponen agua, ahí está”.
A pesar de que puso a Puntarenas (Verano 2012) a un punto de las semis, y ahora se luce en el Caribe, Fallas dice que lo conseguido es por la capacidad de aprendizaje, compromiso y disciplina del grupo.
“Del comportamiento personal de ellos no tengo porque quejarme, eso es de alabar.
“Al principio nos costaba ganar, y les dije: ‘A como jugamos la victoria va a llegar, dejenla que llegue’, y así fue. Luego metíamos un gol y a los 30 segundos nos empataban, y dije que si podían revertir eso no importa”, comentó.
“Haciendo hincapié en las cosas positivas de lo que estábamos haciendo, y sin mucho hablar de los detalles negativos, y sin repasarlos, poco a poco fuimos logrando superar ciertas cosas”, añadió.
De vuelta al tema del dinero, recuerda que en todo el Invierno solo una vez le pagaron el salario completo, y que luego ha sido por tractos..., cuando hay plata.
Sus ojos no han perdido el brillo; según dice, en el club respetan su voz siempre.
“En Puntarenas ganaba más de lo que intentan pagarme aquí, pero el calor humano de la directiva no lo cambio por nada, es diferente, uno se siente feliz e importante”.
Sentirse a gusto en lo poco y tener el apoyo de su esposa e hijas, le da a Fallas para pensar en seguir un torneo más como verdiblanco, aunque ya hay otros oferentes.
“La estabilidad económica desgraciadamente es importante; de repente mis hijas se emocionan cuando se escucha a Cartago, Alajuela y Heredia –ofertas–. Todo en el tiempo de Dios, con ellos (jugadores) creció mi espiritualidad”.
Tras el partido del miércoles entre la Liga y Pérez Zeledón, Fallas anuncia que tiene una idea “loca” para semifinales.
Está seguro de que los manudos serán primero en la etapa de clasificación, y que entonces Limón lo enfrentará por ser cuartos.
“Me vine (tras el partido) convencido de lo que le voy a presentar a la Liga, tengo una idea loca, los jugadores están un poco rejegos, pero tengo una idea”, manifestó.