El defensa central Erick Cabalceta no disputó un partido oficial con Saprissa en los nueve meses que estuvo en el equipo, por lo que no pudo mostrarse. Los morados le finiquitaron el contrato y el zaguero de 23 años todavía no ha conseguido equipo.
Cabalcera agradeció la oportunidad que encontró en la institución tibaseña y espera que algún club se le acerque pronto para poder negociar.
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¿Por qué cree que no jugó con Saprissa?
Estoy muy contento de haber estado en el equipo, la verdad todavía me pregunto por qué no tuve minutos en los torneos, siempre entrené bien, me entregué al máximo para darle la pelea a los titulares; fue por criterio del cuerpo técnico. Ahora me centro por seguir adelante con la ayuda de Dios.
¿Usted sufrió alguna lesión y por eso no jugó?
No, yo siempre he estado bien, la lesión la dejé dos años atrás. Estoy bien sin ninguna lesión, esperando el tiempo de Dios para encontrar algún equipo, me estoy entrenando aparte, a la espera de Dios de que algún club muestre interés.
¿El no jugar en Saprissa le afecta para conseguir otro equipo?
Obviamente, por supuesto, me pregunto por qué no jugué, deja mucho de qué hablar, pues la afición puede pensar que estuve lesionado o que nunca di el máximo con el equipo y desde el primer día me propuse dar todo con el equipo. Llegué con todas las ganas, lo hice bien y mis compañeros me respaldaron en todo momento, no se me dio la oportunidad de mostrar que tenía condiciones. Igualmente estoy agradecido por el chance de haber pertenecido a la institución.
¿Cuánto le ha costado encontrar equipo?
Hay jugadores que están intentando encontrar equipo, yo igual; estoy esperando que me salga algo, Dios no me deja solo en ningún momento y no cierro puertas a ningún club.
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¿Está dispuesto a negociar con cualquier equipo?
Donde Dios me tenga en el camino. Hay que comenzar de abajo hacia arriba de nuevo; podría jugar con cualquier equipo.
¿Ya ha barajado algunas opciones?
Ha habido algunos acercamientos, pero nada en concreto. Por el momento quiero guardármelos y esperar.
¿Cómo fue ni siquiera estar en la banca, pues la mayoría de juegos los vio desde la grada?
Es difícil, como a todo futbolista me pagan por jugar, no fue lindo estar en la grada, uno desea jugar y dar el máximo. Haber jugado en Saprissa me hubiera abierto muchas puertas para jugar en el extranjero y demás; en Cartaginés sí tuve el chance.
¿Carlos Watson le dio alguna razón por la que usted no jugaba?
Tuve conversaciones aparte que no quisiera hacer públicas. Watson me decía que estaba entrenando bien, que no tenía nada que reprocharme. Mis compañeros me decían que estaba entrenando bien; cada día uno mejora. Yo tengo mi conciencia tranquila, me entregué al máximo y aunque no jugué un partido oficial, los entrenamientos eran vitales.