Costa Rica vive altibajos a nivel económico y el propio Gobierno fomenta una política de recortes. El fútbol no escapa de esto y, por eso, los equipos ya definieron su táctica: prevenir antes de lamentar una crisis financiera.
Reducción en el costo de planillas, estirar cada colón al máximo y limitarse a un presupuesto en el que no hay espacio para caprichos salariales, son algunas de las principales medidas que adoptan los 12 clubes de la Primera División, para evitar complicaciones más serias, según consultas de La Nación .
Desde el equipo más grande hasta el más pequeño, se ocupan en aplicar una dura disciplina en sus recursos, en la que cada detalle que implique un ahorro cuenta. Incluso, algunos buscan asesorías para aprender a optimizar sus ingresos y acabar con aquella vieja política en la que se gastaba más de lo que percibía y se veía a las taquillas como la tabla de salvación.
ADEMÁS: Saprissa es el único equipo que paga salario a su jerarca
Un ejemplo es el plantel de Liberia. Julio Salas, presidente del club, confirmó que ellos ahora prefieren viajar el mismo día de cada juego para no incurrir en el pago de hospedaje y alimentación, a excepción de cuando visitan Limón, Guápiles y Pérez Zeledón. Aun así, tienen un déficit que solventan con financiamientos.
“No da para tanto la cobija. Lo económico se interpone a lo deportivo porque si no, no alcanzaría para pagar las planillas. Redujimos salarios, se hizo revisión de todos los gastos y quedamos con lo mínimo en todo”, manifestó Salas.
Ni el actual campeón, Herediano, escapa de esta política y para el Invierno 2016, aseguran que optaron por no subir el costo de su plantel.
“No es de ahora, es desde hace un año que vemos que la situación no es la mejor y tomamos previsiones para no hacer recortes fuertes. Nos retiramos del proyecto con Jacó Rays, ya no despedimos a jugadores de forma antojadiza para evitar demandas y no damos premios a jugadores”, señaló Orlando Moreira, dirigente florense.
Clubes como Cartaginés y Limón ya afrontan situaciones complicadas, lo que los obliga a tener cuidados extremos.
Los brumosos redujeron en ¢9 millones su plantel y tienen prohibido salirse del presupuesto, mientras que los caribeños prefieren dejar ir a futbolistas que no se ajustan a lo que ellos pueden ofrecer.
La poca afluencia de público a los estadios obliga a los clubes a depender de los patrocinadores y la televisión para dejar las taquillas como una extra.
“Por los patrocinadores, la planilla y administrativos están asegurados. La taquilla es ganancia y nos ayuda para hacer pagos a terceros, la Caja, para pólizas y otras más”, contó Jonathan Murillo, gerente del Santos de Guápiles.
Las escuadras apuestan por promociones anuales de entradas y por bajar precios para atraer a sus seguidores a los estadios. Además, se centran en establecer una estrecha relación con sus socios comerciales ante el temor de que recorten en publicidad por la situación del país.
Épocas en las cuales los clubes se daban el lujo de tener representaciones en la Liga de Ascenso hoy son solo recuerdos.
Alajuelense prefiere destinar esos dineros a otras áreas.
“Mantenemos una contención bastante severa del gasto. Quitamos Alajuela Junior, la liga menor ahora entrena en el estadio; además, ya no se pagan salarios de $10.000, como ocurría antes del 2008”, expresó Aquiles Mata, vicepresidente erizo.
Saprissa fue el único equipo en señalar que vive una época de crecimiento.
“Nuestros ingresos continúan creciendo a un ritmo mucho mayor que la economía. Los rubros de anualidades y patrocinadores están creciendo a más de un 20%”, indicó Juan Carlos Rojas, jerarca morado.
Los clubes ticos se centran en sortear una crisis.