Redacción
El 8 de marzo pasado, cuando dejó el Centro Metropolitano de Brooklyn, Eduardo Li dejó ver las secuelas físicas de un extenso periodo bajo arresto: para aquel momento había perdido cerca de diez kilos tras permanecer 286 días en prisiones de Suiza y Estados Unidos.
Cinco meses después de conseguir que un juez le permitiera tener casa por cárcel en el área de Nueva York, el expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) ha recuperado calidad de vida.
Así lo detalló a La Nación Róger Guevara, el abogado costarricense que ha trabajado en la defensa del exdirigente desde que fue detenido el 27 de mayo de 2015, en Zúrich, Suiza, previo a un congreso de FIFA.
Dentro de las restricciones impuestas por la Justicia estadounidense, la salud del exdirigente nacional ha mejorado notablemente, afirma Guevara.
Según el abogado, parte de la recuperación física de Li obedece a que le autorizaron acudir a un gimnasio cercano al apartamento donde vive y a partir de ello se ejercita tres veces por semana. Esto lo combina con una adecuada alimentación.
En principio y según las condiciones pactadas, al estar bajo arresto domiciliario, Li solo tenía derecho a salir para reunirse con su abogado y después logró que le permitieran participar en servicios religiosos.
Guevara asegura que desconoce cuántos kilos recuperó el exfederativo en los últimos meses, pero recalcó que "su peso es el adecuado para encontrarse bien de salud y físicamente".
Un sobrino lo acompaña. El apartamento donde Li cumple casa por cárcel posee dos cuartos y una sala amplia.
Ahí dispone de acceso a Internet, televisión y teléfono, elementos que su abogado considera son "lo que una persona puede disponer en una casa de habitación".
Li no está solo, un sobrino llamado Andrés Venegas lo acompaña día y noche, no solo en el apartamento sino también él se deja ver cada vez que hay una audiencia en la Corte del Distrito Este de Nueva York, como sucedió las dos veces que acudió a citas ahí, el 13 de abril y el 3 de agosto.
Pese a que la libertad no es total por las restricciones de movilidad que implica su situación particular, "Eduardo está un poco más cómodo que estando en la cárcel propiamente", agregó Guevara.
De acuerdo con el paquete de fianza que cumple, Li entregó su pasaporte al FBI, porta un brazalete electrónico de monitoreo y el lugar que habita tiene vigilancia las 24 horas.
Luego de que el juez Raymond Dearie anunciara que posiblemente el juicio de Li y los demás implicados comenzaría entre setiembre y octubre del 2017, salvo un cambio de planes, al tico le espera al menos un año y medio bajo las mismas condiciones.
"Él se encuentra optimista y positivo de cara al proceso que se viene", concluyó.
Los cargos contra el nacional son por conspiración de crimen organizado en primer grado, dos por conspiración de fraude electrónico, otros dos por conspiración de lavado de dinero y también dos por lavado de dinero.
La acusación del Departamento de Justicia de EE. UU. alega que entre el 2009 y mayo del 2015, cuando fue detenido en Suiza, Li conspiró para aceptar y recibir más de $700.000 en sobornos a cambio de la adjudicación a la empresa Traffic Sports de derechos de comercialización de juegos de la Selección Nacional de Costa Rica.