Por primera vez desde su arresto en Suiza, el 27 de mayo de 2015, Eduardo Li vive lo más parecido a estar en libertad.
A inicios de esta semana, el expresidente de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) se mudó a una propiedad suya en Miami, ciudad en la que incluso pretende trabajar.
El domingo pasado, el exdirigente se trasladó vía terrestre desde Nueva Jersey, donde permaneció bajo un estricto régimen de arresto domiciliario los últimos siete meses y medio.
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Róger Guevara, abogado de Li en Costa Rica, explicó ayer a La Nación que el exfederativo aguarda por un aval de la Corte de Florida para incorporarse a una empresa familiar.
“Él está en Miami y ya empezó la ejecución de las nuevas condiciones. Será cuestión de trámites administrativos para que se completen”, especificó el jurista.
Guevara se refiere a que Li tendrá mayor libertad de desplazamiento en territorio estadounidense y un monitoreo electrónico diario solo de 10 p. m. a 8 a. m.
Mientras vivió en Nueva Jersey, el nacional estuvo sometido a vigilancia electrónica las 24 horas del día y debía portar un brazalete que establecía su ubicación todo el tiempo.
Asimismo, Li solo tenía permiso para salir del apartamento a reuniones con sus abogados, citas a la Corte del Distrito Este de Nueva York, asistencia a servicios religiosos y a ejercitarse al menos tres veces por semana.
También tenía que pagar por el lugar donde vivía. Ahora no, ya que el nuevo sitio de residencia es parte de su patrimonio.
La restricción que no puede quebrar el costarricense es salir de EE. UU., ya que el proceso legal en su contra está vigente.
“Dentro de las circunstancias, él (Eduardo) está más tranquilo y positivo. Para toda persona, que se le modifiquen las medidas en las que estaba bajo fianza es beneficioso”, dijo Guevara sobre el estado actual de su cliente.
El 7 de octubre, el expresidente de la Fedefútbol asumió su responsabilidad en los cargos de conspiración de crimen organizado, participación en un esquema de fraude electrónico y conspiración en fraude electrónico, como parte del llamado FIFAGate . Asumir su responsabilidad ante la justicia de EE. UU. le facilitó un cambio notable en las condiciones de liberación que cumplía anteriormente.