El mediocampista Diego Estrada no lució ayer como en los otros partidos del Torneo de Copa, pero tan bien jugó antes que le bastó para recibir los trofeos al mejor futbolista y al máximo artillero.
Adoptar con toda confianza el rol de armador morado fue la principal razón para que el grupo de periodistas consultados lo eligiera, unánimamente, como acreedor del primer galardón.
Tener fineza y puntería de cara al arco fue la explicación para garantizarle el segundo, luego de que anotara cinco goles en los ocho compromisos que disputó Saprissa durante el torneo.
“Estoy contento y agradecido con Dios por esto, pero la verdad, lo más importante es el trofeo de campeón. Lo mío es secundario”, expresó el volante de 24 años.
“Todo esto se basa en la confianza que me da el cuerpo técnico y los compañeros. Sin ellos no sería nadie. Hace algún tiempo dejé el individualismo para pensar en lo mejor para el equipo y eso me ha ayudado a crecer”.
Favorecido. Sí hay que mencionar que su lucha se vio simplificada al 22’, cuando el otro candidato, el carmelo Mario Camacho, salió expulsado, prácticamente entregándole ambos premios en bandeja.
Antes del partido, existía la noción de que los trofeos individuales podrían ir de la mano con quien sacar a su equipo como monarca. Ahí Estrada también ganó el pulso.
Aún con el buen momento de su lado, el zurdo apuntó que quiere cada día ser más determinante y que debe mejorar la parte física para correr los 90 minutos y no tener que abandonar el campo por cansancio, tal como sucedió ayer, al 76’.