Agarró su camisa y gritó a más no poder su gol ante el Olimpia.
Luis Diego Cordero ingresó de cambio en Honduras y fue determinante para que su cuadro venciera en Honduras y así se metiera en semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf.
“Me sentí muy feliz, muy contento, por ahí escuché que teníamos mucho sin ganar. La verdad me sentí muy bien, no solo por el gol, sino porque esa anotación nos dio la tranquilidad, Olimpia estaba encima de nosotros y fue como un balde de agua fría para ellos ”, explica el volante, cuyo remate fuera del área entró ajustado al lado del paral derecho de Noel Valladares.
Sin duda, uno de los mejores goles de la presente edición de la Liga de Campeones de la Concacaf.
“El gol fue importantísimo, fue un gol soñado, antes había hablado con los compañeros y les dije que quería anotar y a los cinco minutos cayó el gol, algo mágico”, dijo.
Para el morado fue algo indescriptible ver el silencio del estadio Metropolitano de San Pedro Sula.
“Cuando el balón venía ingresando, parecía una película en cámara lenta, como que todo el mundo en el estadio se puso en pausa, fue muy bonito”, añade Cordero.
El juvenil volante, afirma estar contento con los minutos que le ha dado el técnico, Juan Manuel Álvarez, tanto en los partido de campeonato, como en la Concacaf.
“Estoy aprovechando los minutos que me da el entrenador, estoy muy tranquilo y me mantengo trabajando con humildad”
Una de cal. Sin embargo, el jueves no todo fue alegría para Cordero, ya que casi al final del juego, tuvo que abandonar el partido por una lesión que lo llegó a preocupar.
“Fue un golpe bastante fuerte, porque caí con la espalda, fue un momento muy preocupante, porque, sinceramente, la punta de los pies no la sentía, ahí fue donde el doctor Gálvez me dijo que mejor saliera”, aclara tras el entrenamiento de ayer por la mañana.
Cordero no tendrá problemas para viajar hoy con el resto del equipo rumbo al Caribe para el juego de mañana ante Limón F. C. con el liderato en juego.