“Muchos clubes pequeños apenas sobrevivimos en la Primera División”, dijo el gerente de Uruguay de Coronado, Jorge Díaz.
Esa frase resume el sentir del resto de jerarcas de los clubes no tradicionales, que se ven obligados a invertir en arreglos de la iluminación de sus reductos, o no podrán programar de noche partidos del Torneo de Invierno.
No obstante, muchos de esos equipos ya tienen encaminado el proceso de mejoras, pero reconocen que no es una situación fácil.
“Nosotros ya tenemos una licitación para cambiar por completo la iluminación del estadio Ebal Rodríguez, anda en total por los ¢300 millones; pero eso es lento, porque el estadio es municipal”, aseguró el presidente del Santos de Guápiles, Rafael Arias.
Por su parte, el gerente coronadeño Jorge Díaz agregó que los clubes son los primeros interesados en tener las mejores instalaciones para partidos de Primera División.
“Uno quisiera tener la mejor iluminación, las mejores graderías, la mejor gramilla, pero apenas salimos adelante con salarios y esas cosas”, argumentó Díaz.
“Nosotros ya hicimos el estudio con ingenieros eléctricos y las reparaciones en las torres de iluminación rondan los ¢20 millones, ese dinero no lo tenemos”, añadió.
Lo que los equipos afectados quieren demostrar es que sí intentan acatar las disposiciones que exige la Fedefútbol mediante la Comisión de Arbitraje, pero que en ocasiones se complican por asuntos fuera de sus manos.
Limón F. C., otro de los equipos con problemas en la cantidad de lúmenes exigidos invirtió alrededor de ¢20 millones en cambiar las lámparas afectadas, pero no tuvo éxito en la última revisión, al alcanzar apenas 168 lúmenes.