El equipo cartaginés sacó a relucir la gran capacidad de respuesta que tiene, pues logró empatar el encuentro de ayer con tan solo 10 hombres en el campo.
Prácticamente, esta era la última prueba que le hacía falta superar a los brumosos en el actual Torneo de Verano.
Los de la Vieja Metrópoli nunca habían iniciado un encuentro por debajo en el marcador.
Ayer fue esa primera vez y los blanquiazules, a pesar de que no mostraron su mejor juego, tuvieron la capacidad de igualar.
No importaba cómo: jugando lindo o feo, a ras de piso o al pelotazo, lo que verdaderamente importaba era que llegara el empate, ese que preservara el invicto; ese que se suma al mejor arranque de su historia y que corrió bastante peligro de expirar.
“Esa era la consigna: no perder. Esta es una cancha difícil y enfrentamos a un gran rival, pero ellos se enfrentaron a un equipo que quiere ser campeón”, expresó el lateral Esteban Sirias.
Cartaginés no mostró su mejor cara ayer, mucho menos su mejor futbol, pero sí mostró carácter, entrega y lucha.
“Somos conscientes de que si queremos seguir aquí arriba (tabla de posiciones) y mantenernos, hay que correr, meter y hacer lo que el profesor pida”, añadió Sirias.
Reponerse de la tempestad, jugando 45 minutos con un hombre menos, es un ingrediente exquisito para ponerle mucha más sazón a las aspiraciones brumosas de pelear por un título nacional.
“Esto que vieron ustedes hoy (ayer) aquí se llama trabajo; esto se llama sacrificio, ya que queremos hacer cosas grandes con este equipo”, comentó Paolo Jiménez.
El punto a los cartagos les cayó muy bien, no por conformistas, sino por que saben que aún tienen en sus manos el invicto y el liderato.