Alajuela. Carmelita y Puntarenas empataron a un gol anoche en la segunda jornada del torneo de Verano 2013 y desperdiciaron la posibilidad del salir del último lugar de la tabla acumulada, la que define el descenso a la Segunda División.
Con este resultado, ambos planteles llegaron a 26 puntos, igual cantidad que San Carlos y solo uno por encima de Cartaginés.
Si bien el Campeonato de Verano apenas se inicia, este juego era propicio para que carmelos o areneros, con un triunfo, escalaran al octavo puesto en esa clasificación.
Esto daría cierto aire de tranquilidad, ideal para aflojar tensiones en el resto de este torneo corto.
Buen juego. El partido fue entretenido, con actores que se esforzaron para complacer a los escasos 200 aficionados que llegaron al Morera Soto, en su mayoría areneros.
Pronto Carmelita tomó el control del juego con base en futbol de pie a pie, en el que el gran orquetador fue un creativo Berny Solórzano, sustituido al comenzar la etapa complementaria. Una lesión sería la única explicación lógica para esta permuta.
También influyó un incisivo Esteban Armijo, quien consiguió abrir el marcador al minuto 22, cuando remató por cuarta vez un balón que la experimentada defensa arenera no pudo despejar.
Puntarenas jugó al pelotazo. Sus iniciativas comenzaban con saques largos del portero argentino Carlos Díaz y morían en la oportuna marca que ejercieron los defensores locales contra el guatemalteco Ángelo Padilla y Daniel Quirós.
Para dicha del espectáculo y quizás porque estaba con el agua al cuello, Puntarenas varió su esquema defensivo y se apresuró a atacar en el segundo tiempo.
Entonces, las emociones crecieron y la intensidad se elevó, pues los dos equipos pelearon de tú a tú.
La bravura arenera en este periodo fue encomiable. Tanto que los pupilos de Orlando de León, pese a que se aplicaron, no pudieron evitar la paridad en la pizarra.
Al minuto 74, el recién ingresado Frank Zamora ganó un balón y centró en forma magistral a la cabeza del guatemalteco Ángelo Padilla, quien fusiló sin vacilar.
Un empate que pone bonita la pelea por no descender.