Heredia. El silbatazo final fue el pistoletazo de salida para la carrera del párroco Fernando Vílchez.
Corrió hasta alcanzar el campanario de la iglesia Inmaculada Concepción, subió los dos pisos de escaleras, y casi sin recuperar el aliento comenzó a tocar las campanas para celebrar orgulloso la victoria del equipo florense.
Rápidamente se sumaron las sirenas del antiguo cine Isabel y las de los coches de bomberos.
Una vieja tradición se recuperó 19 años después.
El parque central de la Ciudad de las Flores se fue llenando como un hormiguero.
En pocos minutos los carros colapsaron las calles, y las bocinas de los vehículos se hicieron protagonistas del ambiente festivo.
A las 10 p. m. ya no quedaba campo en el quiosco.
En una esquina del parque se acomodó una banda de música que no paró de tocar el himno del conjunto herediano.
La popular melodía del “ninguno pudo con él” fue la banda sonara del festejo.
Familias enteras, grupos de jóvenes, niños, adultos y mayores, ataviados de pies a cabeza con los colores rojiamarillos de su equipo, brincaron, bailaron y canturrearon celebrando la victoria.
A esta fiesta futbolera también estaban invitadas las mascotas. Decenas de vecinos sacaron de paseo a sus perros vestidos con los colores del equipo.
La aglomeración llegaba hasta las escaleras de la parroquia.
Todo evidenció que no faltaban ganas para la celebración.
La historia de José Luis Bogantes, vecino herediano de 61 años, lo sentencia. “Llevo de celebración desde el sábado pasado, es todo un sueño hecho realidad”, reconoció.
Felicidad es lo que se respiraba en las calles inundadas de seguidores del Team .
Sin decaer el ánimo, la afición esperaba la llegada de los jugadores al estadio Rosabal Cordero.
No era el caso de la residente Gabriela Víquez, que estaba muy ilusionada pero tenía que irse a casa a cuidar de su bebé.
La caravana de carros fue en aumento, y hasta 15 personas se contaban en las partes traseras, donde parecían montar un festín privado, al que todos estaban invitados.
La sonrisa clavada en la cara de los aficionados dejó constancia de lo feliz que hizo a muchos la victoria florense en este Torneo de verano 2012.
Un premio que se festejó antes de lograrse y que hizo realidad el sueño de una afición entregada.