Su buen fútbol y estabilidad económica y administrativa hacen de la Universidad de Costa Rica un destino cada vez más atractivo para los futbolistas del país.
Ser semifinalista en el Torneo de Verano 2014 y líder actual del Invierno, tener salarios al día e instalaciones deportivas de buen nivel convierten al club universitario en una opción llamativa para los jugadores de cara a futuros torneos.
Apenas en su segunda campaña en la máxima categoría, y de la mano del técnico argentino José Antonio Giacone, el Club de Fútbol UCR parece haber encontrado el camino ideal para mantenerse y proyectarse en la división de honor.
El proceso emprendido desde que el técnico suramericano asumió el timón celeste hace tres temporadas, hizo de la planilla académica una de las menos agitadas durante el último año.
“Hemos trabajado con él un año en Liga de Ascenso y la temporada pasada en Primera; un proceso en el que hemos compartido casi tres años con un grupo base de jugadores, como José Gabriel Vargas, Mauricio Montero, Jonathan Sibaja y Julio Cascante”, explicó el presidente del club Luis Gamboa.
Para el jerarca, aunque el salario que reciben los jugadores celestes no compite en cantidad con el de otros clubes, sí brinda una estabilidad que muchos desearían.
“Lo que pasa es que nosotros agregamos algunos elementos: el pago mensual no depende de nada, les pagamos aguinaldo, son ingresos fijos, no muy grandes, pero que les permiten una seguridad económica”, añadió Gamboa.
Por su parte, Giacone dejó claro que se amparan en esa estabilidad para que la Universidad pierda esa etiqueta de “equipo de paso”.
“Queremos quitar esa idea que tiene el jugador de que viene a la UCR para ir luego a un equipo grande, queremos que se sientan cómodos, que se identifiquen con el equipo y que se les dé la estabilidad para que los procesos no sean tan inestables como fueron en el pasado”, resaltó el timonel argentino.
Según Gamboa, el tener una junta directiva formada por profesionales y estudiantes del alma máter propició un mayor acercamiento a la casa de enseñanza.
Y aunque tras el ascenso a la máxima categoría el porcentaje del presupuesto universitario que le correspondía al club se redujo, la dirigencia académica logró encontrar en el buen desempeño del equipo una tabla de salvación.
“Ya nos logramos acomodar y estamos haciéndole frente al torneo con un buen grupo de patrocinadores; ahora que estamos en una buena posición es más fácil negociar”, concluyó el jerarca.