Minor Vargas y su mano derecha en Barrio México, la gerente general Dixie Segura, dijeron ayer que las deudas que tienen con Pablo Salazar y Minor Díaz son mucho menores a lo que se pide.
“Yo estoy velando porque se les paguen los salarios, pero definitivamente no vamos a pagar sumas antojadizas”, dijo Vargas.
Por su parte, la gerente adujo que “estamos conscientes de que nunca asumimos esa deuda, don Minor está pagando de buena fe (...) ustedes (periodistas) se darán cuenta que se pagó como debe de ser, pero no los caprichos ni chantajes que ellos están solicitando”.
Segura agregó que ellos son amparados por la Asociación de Jugadores Profesionales (Asojupro).
Se intentó contactar al presidente de Asojupro, Reylando Parks, empero, no contestó los mensajes ni las llamadas a su celular.
Los montos reclamados son $110.000 y $90.000, correspondientes a salarios atrasados cuando ambos jugaban en Liberia Mía.
La Nación tiene copia de un documento autenticado por las partes que habla de que Vargas sí asumió los débitos. También, específicamente se menciona la cifra que está reclamando Díaz.
Consultado ante las declaraciones de su contraparte, el futbolista expresó que “la situación es muy simple. Mi contrato está en el Juzgado de Heredia. Ellos quieren hacerle creer a la gente cosas que no son. Yo no estoy inventando”.
Díaz explicó que a él se le adeudan 16 meses de salario: cuatro de salario caídos y 12 del año de contrato que no se le cumplió “al dejarnos a la deriva cuando Liberia cambió de nombre, porque yo no firmé ningún finiquito”
Contó que en el equipo pampero ganaba $6.000 mensuales. A eso le agrega las vacaciones y cesantía que establece la ley.