Cartago. Lleno de fe, con afán y agallas, Pablo Herrera ensartó el dardo en la red y certificó en el cierre (92’) su perfil de figura en el 2-2 entre el flamante Club Sport Cartaginés y el modesto As Puma.
La fábula eterna del benjamín atrevido contra el gigante avezado se reeditó ayer, tras un justo empate con doblete en ambas porterías.
El brumoso Pablo Herrera (38’ y 92’) y el sureño Jeffry Montoya (30’ y 66’) fueron los autores de las cuatro dianas que deparó un buen partido en el torneo de Copa.
Sin llegar a espectacular, hay que decir que entre los hombres de la Vieja Metrópoli y los del Sur primó la intención de ligar pie con pie y de poner a circular el balón al ras, en contraposición al concierto de golpe, cerrojo y pelotazo que suele ofrecer nuestro balompié con harta y lamentable frecuencia.
El resultado mantiene a Cartaginés invicto, mientras que el benjamín As Puma esperará su debut en la temporada de la Primera División que arrancará en agosto.
La marca del Zorro. Hay que esperarlo, darle tiempo, mantener sobre él la expectativa y aguardar a que se ponga plenamente a punto.
Sin embargo, Carlos Hernández, el zorro de nuestro fútbol, evidenció en varias escenas que tiene buen criterio con la pelota, que sabe marcar las pausas y urdir la trama con pases medidos, cada vez que la presión del rival le deja espacios y le permite cierta libertad.
Mas, conforme avanzó el encuentro, sobre todo en el segundo tiempo, el Zorro fue bajando su caudal de oxígeno y en consecuencia mermó el rendimiento que le observamos en la primera parte.
Un tapadón de Luis Torres en el minuto ocho hizo entender a los anfitriones que el benjamín venía por lo suyo, sobre todo con el despliegue de Albán Gómez, el fervor pícaro de Luis González y el orden táctico de Jeffry Montoya.
Precisamente, un pase a lo profundo de Albán Gómez lo persiguió Montoya, quien venció la estirada del meta local, Luis Torres, al 30’.
Ocho minutos después (38’), Pablo Herrera equilibró las cifras, tras una astuta acción de Carlos Hernández. El Zorro hizo un saque de banda que permitió a Pablo acercarse y “fusilar” a Néstor Mena.
En la segunda etapa, las fuerzas seguían parejas. Jeffry Montoya remató de larga distancia. Parecía fácil. Torres se confundió y el balón cruzó la meta. Ventaja y doblete.
En detrimento papero, Carlos Johnson, quien había entrado al 54’, se lesionó al 84’, cuando Wright ya había agotado sus permutas.
Con 10 piezas en el último trecho, las opciones azules parecían ceder ante la fuerza del Sur, en pos de un norte con sed de victoria.
Pero en el 92’, Kevin Vega lanzó un centro desde la izquierda. Y en la línea de fuego, Pablo Herrera rubricó dos cosas: doblete y figura.