Las amarguras y la frustración de las últimas tres fechas quedaron atrás para Alajuelense y en el rostro de los rojinegros volvieron a dibujarse las sonrisas, gracias al alivio que les dio volver al triunfo en el Invierno.
La Liga se sacudió muchos de sus males en el momento preciso, al imponerse 0 a 3 frente a Belén, justo a una semana de chocar ante Saprissa en el clásico nacional.
La victoria fue contundente, aunque tampoco tuvo mucho brillo, pero igual vale, al punto de que los dirigidos por Guilherme Farinha igualaron en 30 unidades a Cartaginés y se apoderaron de la tercera posición por diferencia de goles, a la espera de lo que hagan los brumosos hoy frente a Liberia.
Los erizos no pasaron apuros en la primera parte, dominaron a placer a un conjunto belemita que tuvo una propuesta pobre en ataque y se limitó a reducir los espacios en su campo.
Si bien es cierto, los rojinegros no fueron virtuosos en el último cuarto de cancha y les faltó más desequilibrio en el inicio, supieron aprovechar los errores de una zaga florense descoordinada e insegura.
El primer tanto de la Liga fue un claro ejemplo de estas falencias en la marca, ya que Cristopher Meneses remató de zurda completamente solo en el corazón del área en el minuto 31, luego de un cobro de falta desde el costado izquierdo de Juan de Dios Hernández.
El segundo tanto desnudó aún más a la parte baja belemita, debido a que un pase largo de los manudos que parecía controlado terminó por complicarse por una falla en la salida del portero y un mal despeje, que terminó en los pies del atacante José Guillermo Ortiz.
Ortiz agradeció el regalo y simplemente abombó las redes en el 45’, para llevar tranquilidad a los alajuelenses.
La ventaja le dio la confianza a los visitantes para dedicarse a controlar la segunda parte, administrar la ventaja y hasta cuidar a piezas indispensables como Jonathan McDonald, quien abandonó el campo en el 66’.
Por su parte, los dueños de casa cayeron en la trampa y siguieron sin generar mucho peligro, al punto de solo inquietar con centros sin sentido que llegaron una y otra vez a las manos del guardameta Patrick Pemberton.
Los erizos aprovecharon esta pasividad y redondearon su noche con un lujo de Johnny Woodly, quien en el 87’ se valió de un servicio de Diego Madrigal, se quitó al portero y definió casi sin ángulo para poner el tercero, el mejor panorama para afrontar con un poco más de calma la semana previa al clásico en el Ricardo Saprissa.