Alajuela
Alajuelense llega al clásico 306 de la historia como el equipo menos batido del Invierno 2016, con 14 goles encajados y Patrick Pemberton está dispuesto a hacer lo que sea para mantener el arco en cero este sábado, en la casa del Saprissa.
El arquero de la Liga confiesa que para él no se trata de un partido cualquiera, porque realmente le gusta hacer lo suyo en territorio morado.
Aunque muchos evaden la presión al decir que el juego solo encierra la disputa de tres puntos, para Pemberton no es así, al punto que admite que el clásico se comienza a vivir desde la semana previa y que la efervescencia continúa, inclusive días después de que se jugó el pulso.
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"Como siempre lo he manifestado, me gusta jugar los clásicos en Tibás, no es que me disgusten los clásicos en mi casa, con mi afición, con mi gente empujando y alentando en el estadio Alejandro Morera Soto, pero me gusta que esté todo en contra", mencionó Pemberton a La Nación.
Según las estadísticas del periodista Luis Quirós, el guardameta rojinegro es un hombre muy experimentado en clásicos, pues a lo largo de su carrera, ha defendido la puerta manuda contra Saprissa en 38 ocasiones.
Y de esos juegos, 35 han sido de forma consecutiva.
La primera vez que él atajó en uno de estos partidos fue el miércoles 17 de marzo de 2010, en la Cueva. Ese día, el triunfo quedó en poder de los tibaseños con una anotación de Josué Martínez, quien actualmente es ficha de Herediano.
Con Pemberton en la puerta, Alajuelense ganó 13 de estos choques, empató 10 y perdió 15. Durante esos encuentros, el Monstruo le marcó 41 goles.
Es decir, Patrick ha recibido en promedio 1,07 tantos por juego ante los morados.
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Pero esa misma experiencia que acumula lo hace pensar que cada clásico es una historia muy diferente.
"Me gusta la previa, me gusta la noche antes, me gusta el momento en el que ya vamos a arrancar para irnos al estadio, me gusta cuando vamos llegando a Tibás, me gusta ver a la gente donde te está insultando y le tiran cosas al bus, cuando me estoy preparando y muchas personas tal vez dirán 'Patrick está loco, cómo va a decir esas cosas', pero lo que más que disfruto es el momento justo cuando salimos a calentar", contó el arquero.
Y añadió: "Eso es lo que más disfruto en Tibás, me gusta aquí (en el Morera Soto) cuando salgo a calentar y que la afición me aplauda y sentir toda la ovación, pero me gusta todo lo que esté en contra, ese ambiente hostil, de que todos están esperando que salga el equipo rival a calentar y desahogarse y que te empiecen a insultar".
Destacó que en lugar de cohibirse por ese ambiente en el estadio Ricardo Saprissa, más bien siente más fuerza y convicción para hacer su trabajo lo mejor que pueda bajo los tres tubos.
"Eso es lo que más me gusta, me llena más de adrenalina, me dan más ganas de que empiece el partido, estoy más concentrado y son cosas que disfruto, es lo que más disfruto en Tibás, cuando salgo al terreno de juego", recalcó.
Además, le agrada salir a calentar antes que sus compañeros, porque se lleva la mayoría de abucheos y con eso le quita presión a los demás jugadores de la Liga.
"Me gusta hablar con Alfonso (Quesada) cuando estamos en el túnel, le pregunto que si él está preparado y me responde: 'Sí, negro, estoy preparado, estoy listo, estoy concentrado'; y le dijo que vamos, que nosotros vamos a ser la válvula de escape para el equipo, porque que en el momento en el que salimos, todo el estadio te va a empezar a chiflar, a insultar y son cosas que a mí en lo personal me encantan", añadió.
En lo que va de este Invierno, Patrick Pemberton acumula 1.530 minutos en cancha. De los 18 partidos disputados por la Liga, tan solo no jugó ante Pérez Zeledón en San Isidro de El General, porque se encontraba en Rusia con la Selección Nacional.
De acuerdo con las estadísticas de La Nación, el arquero erizo tiene una efectividad del 74%; los rivales le han hecho 50 remates directos y registra 37 tapadas.
En más de una ocasión, Pemberton ha salvado a la Liga y para el sábado, su reto es evitar que Saprissa le anote.
Los mejores recuerdos de Patrick en clásicos
De los clásicos, Patrick Pemberton tiene recuerdos gratos y otros no tanto, aunque con una sonrisa asegura: "Son más los buenos que los malos en Tibás".
"Me acuerdo de un clásico que habíamos ganado por la mínima ahí, tuve que trabajar bastante, hubo como dos o tres remates dentro del área y unos tres tiros de esquina consecutivos en los que la bola quedó picando en el área pequeña y Heiner Mora remató y pude desviarla", citó Pemberton.
Pero hubo otro día que Patrick nunca olvidará.
"También ganamos, quisimos hacer la línea para jugar con el outside y David Ramírez que es un gran futbolista, habilidoso, que sabe romper las líneas en diagonal, hizo una gran diagonal y quedó habilitado, quedamos en un mano a mano y me acuerdo que en ese momento donde él venía, para mí se paralizó esa jugada".
Fue una acción en la que los morados estaban listos para celebrar.
"El momento, el tiempo, todo se paralizó y entonces se me empezaron a pasar muchas cosas por la cabeza, recordé ciertos movimientos que tenía que hacer; el estadio estaba lleno, toda la afición se levantó, estaban esperando el grito de gol y bueno, obligué a Ramírez a tirar la pelota a donde yo quería y pude desviarla. La satisfacción mía fue dejar a los aficionados morados sin ese grito de gol".