Es impresionante lo que da el ritmo de juego, la oportunidad y el rodaje... Todo mundo lo sabe, pero a veces los ejemplos no terminan siendo tan claros como el del delantero carmelo Alejandro Aguilar.
El hoy goleador del Verano 2013 debutó hace más de dos años en Primera; empero es hasta ahora que su nombre se mira con otro valor.
Su primer encuentro en el profesionalismo fue un 9 de enero del 2011, en un partido entre su Alajuelense, el equipo donde se crió como futbolista, y Cartaginés.
Fueron apenas siete minutos los que jugó, pero son de esos que ilusionan a cualquier joven con que su carrera está cerca de despuntar.
Más todavía a uno que venía con una fama, por sus extraordinarios números en la red en liga menor (en el torneo 2009-2010 de Alto Rendimiento hizo 42 goles).
“Uno se mentaliza desde el primer partido a hacer un buen torneo, a aprovechar todos los minutos, porque es un sueño desde pequeño ser una figura, es por lo que uno lucha”, manifestó el atacante, oriundo del centro de Alajuela.
Difícil. No obstante, a Aguilar no le pasó esa feliz historia.
En esos dos años bajo la batuta de Óscar Ramírez no encontró regularidad. Nunca destacó lo suficiente para convertirse en el “9” de la Liga. Apenas dos goles en 18 partidos no alcanzaron en un equipo del cartel de los rojinegros.
Tuvo sus opciones, porque se le dieron bastantes minutos, pero no le alcanzó. Lo intentó, porque es de esos que se sudan la camiseta en la cancha, pero no lo logró.
“En la Liga hay que tener resultados inmediatos. Siempre que jugué me felicitaron por el trabajo táctico y el esfuerzo, pero el gol no caía. Entonces había que hacer de nuevo fila y eran dos, tres y cuatro meses de solo entrenar”, dijo.
Aquí es donde tienen que destacar otras cosas; como el hambre, la paciencia y el trabajo.
El delantero de 22 años no se conformó por estar asentado en un equipo grande. Quiso jugar, quiso crecer. Quiso ser alguien.
“En la Liga me dijeron que había mucha gente arriba, que podía quedarme y ‘pulsearla’, pero yo ya quería jugar. Decidí que venir al Carmen era lo mejor y así fue”, expuso el padre de Matías, de dos años.
Efectivamente lo fue. Ya lleva ocho goles en el certamen y está cerca de ser el segundo jugador en la historia de Carmelita de ser goleador de Primera División (Juan Carlos Arguedas en 1999-2000).