El lanzamiento de objetos provocado por la afición rojiamarilla afectó el rendimiento de su equipo en el terreno de juego.
Cada vez que el Team trató de apoderarse del balón y generar ocasiones de peligro, el silbato de Henry Bejarano frenó el ímpetu florense.
Al campo cayeron monedas, un encendedor y hasta una botella de Johnnie Walker etiqueta negra, lo que provocó que el central detuviera el duelo en tres oportunidades durante la etapa inicial del partido.
“Le afectó a Herediano porque necesitaba tener ritmo y apurar el partido, pero estaba sucediendo lo contrario. Que se detuviera el juego no favorecía en nada a los rojiamarillos”, explicó el técnico Marvin Solano.
En la primera etapa el Team apostó al juego directo, pero no le dio resultado.
En gran medida porque el partido se detuvo cada vez que trató de tomar la iniciativa.
Además, el cuerpo técnico morado salió de su banquillo para dirigirse al centro del campo cuando se sintió agredido por un grupo de aficionados que se ubicó detrás de su butaca.
“Existía la frustración de un sector de la afición porque esperaban la remontada y habían tenido pocas opciones de gol”, añadió Solano.
En la segunda mitad del compromiso el juego estuvo más fluido, Herediano encontró los espacios y la anotación.
Pese a ello, al lateral Heiner Mora le tiraron algunos objetos cuando se disponía a realizar un saque de banda y Bejarano tuvo que intervenir de nuevo.