Desde la tribuna: Del orgullo al borde del ridículo

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En Brasil 2014, Costa Rica recibió solo dos goles en cinco partidos. Uno fue de penal, contra Uruguay. La falta existió, pero fue la típica sujeción que en el 99% de las veces no se sanciona. El otro fue de Grecia, cuando la Selección Nacional jugaba con 10 contra 11, tras la expulsión de Duarte. Por lo demás, la puerta costarricense se mantuvo virginal ante las potencias Italia, Inglaterra y Holanda.








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