La ruleta del futbol giró y volvió a hacer de las suyas. El gigante de la Concacaf quedó en paños menores en el Rosabal Cordero, provocando muchas emociones encontradas.
Delirio en Heredia, escozor entre algunos que aún no se reponían de los moretones causados por el águila, y un coctel de críticas y rajonadas entre los periodistas mexicanos, que primero dieron palos y luego profetizaron la remontada del América.
He gozado esta inesperada paliza del “Team” y espero que no sea flor de una noche inspirada. No sueño con un Aztecazo porque el término está devaluado. Ya cualquiera gana en esa cancha. Solo sueño con otra demostración de hombría y buen futbol del equipo rojiamarillo y que el resultado acalle de una vez y para siempre los aires de superioridad y las voces chillonas de esa fábula periodística que tiene tomados los canales internacionales del futbol latino.
En Montreal, en cambio, el impacto congeló los pronósticos, el futbol de la Liga y las posibilidades del equipo manudo. Cuando todos creíamos en un buen resultado del representativo nacional, curtido con cuatro participaciones consecutivas en el torneo y fortalecido con gigantes derrotados, el frío desempeño alajuelense redujo significativamente las esperanzas para el segundo juego.
Milagrosamente el marcador fue benévolo con Alajuela y todavía tiene 90 minutos por delante para madurar su sueño mundialista. Yo lo veo muy complicado, frente a un rival de mucho oficio, potente, con buenos manejadores de pelota y, de seguro, comprometido con la idea fija de plasmar en un contragolpe la estocada definitiva.
La Liga tendría que mejorar muchísimo en relación con su desteñida cara del último mes. La defensa ha agrietado la seguridad colectiva y hasta salpicó de indecisión a los delanteros, trapito de dominguear de Óscar Ramírez hasta hace 30 días. De esa temblorina en el fondo debe pasar a un juego perfecto en el control del rival para tener alguna opción.
Heredia, en cambio, es el que viaja en Ferrari. Un 3 a 0 es tan grande en el Azteca como en cualquier parte del Mundo, y tan definitivo contra el América como frente al rival que sea. Un planteamiento sereno y unos jugadores equilibrados son suficientes para hacer caldo de águila en el nido mayor de los aztecas.
Ojalá la Liga pueda también. De hacerlo, tendremos final tica y los gigantes la verán por cable. Así tendremos más show con Faitelson y demás especímenes intentando ponerle color a su frustración.