El 6 de junio de 1978, en el Estadio de Córdoba, Argentina, México jugó lindísimo, precioso. Lamentablemente, para vergüenza de la Concacaf, Alemania ganó 6 a 0.
Aquel día será recordado por la narración del fabuloso relator de Televisa, Ángel Fernández (qdDg): “¡Qué lindo juega México!... Gol de Alemania”. El Tri fue triturado en aquel mundial, 1-3 ante las selecciones de Túnez y Polonia, para 0 puntos y un tétrico -10 en el gol diferencia.
¿Le sirvió jugar tan bonito, al toque, con lujitos? No, no y no. El mazazo fue tan fuerte que no se clasificó a España 82, donde El Salvador tomó su lugar y también quiso jugar “lindo” en su debut. Quizás creyó que Hungría sería el rival más débil del Grupo C, que completaban Argentina y Bélgica. El resultado: Hungría 10–El Salvador 1, partido que será recordado por la eufórica celebración del tanto cuscatleco, obra del Pelé Zapata, exjugador brumoso.
Luego, jugó como tenía que haberlo hecho desde un principio. Le metió el bus a Bélgica y Argentina, con los que perdió 1-0 y 2-0, respectivamente, es decir, de manera decorosa.
Esas lecciones las aprendió bien el serbio Velibor Bora Milutinovic, técnico de México en 1986, de Costa Rica en Italia 90 y de Estados Unidos en 1994.
Con equipos ordenados, tácticos, estructurados de atrás hacia adelante, con énfasis defensivos y jugadores todo terreno, en los tres mundiales superó la primera fase e incluso con los aztecas arribó a cuartos (única vez que el Tri llegó al famoso quinto partido). No jugó lindo. ¡Pero jugó bien!
Tras ser la sorpresa de Italia 90, con un equipo de estilo defensivo, a Costa Rica le tomó 24 años darse cuenta que ese énfasis es el que mejor le sienta en lides internacionales y, como resultado, fue la revelación de Brasil 2014, octava del orbe. ¡E invicta! En el paréntesis, jugando más abierta de lo recomendable, fracasó en las eliminatorias hacia EE. UU. 1994, Francia 1998 y Sudáfrica 2010, y, en los mundiales a los que sí fue, se comió goleadas (5-2 ante Brasil, 4-2 contra Alemania y 3-0 con Ecuador).
¿Moraleja? Si usted no es Alemania, no pretenda jugar como Alemania.
Siempre será mejor que narren “¡Qué feo juega Costa Rica!... ¡Gol de Costa Rica!”, a que relaten (seis veces) “¡Qué lindo juega México!... Gol de Alemania”.