“El guion nuestro de cada partido dánoslo hoy y perdónanos nuestras repeticiones”... Palabras más, palabras menos, así por el estilo debe ser la oración con que algunos reporteros deportivos —no todos— se encomiendan al Cielo antes de la transmisión de las contiendas futbolísticas.
Y es que eso es precisamente lo que algunos colegas de las gramillas nos recetan fecha a fecha del campeonato nacional: un libreto con las mismas preguntas de siempre (algunas muy flojas, otras mal planteadas). No lo digo yo, lo atestiguan los oídos de los aficionados al balompié. Para muestra, algunos botones...
“¿Qué se siente jugar a estadio lleno?”. “¿Qué les dijo el director técnico en el camerino?”. “¿Qué significa un triunfo en esta cancha?”. “¿Qué tanto los perjudicaría una derrota en casa?”.
“Lo vimos conversando con el portero contrario, ¿de qué estaban hablando?”. “¿Qué tanto afecta la lluvia al terreno de juego?”. “¿Qué han conversado los jugadores entre semana de cara a este partido?”.
Aún hay más: “Notamos que salió molesto cuando lo cambiaron y que incluso pateó el banquillo, ¿qué pasó?”. “¿Fue justa la tarjeta roja que le mostró el silbatero?”. “Algún sector de los aficionados se queja de que usted finge muchas faltas, ¿qué tiene que decir al respecto?”. “¿Fue penal o usted simuló un piscinazo?”. “¿Qué opinión le merece el arbitraje?”. “¿Qué pasó en esa jugada que desaprovechó en el área? ¿No esperaba la bola?”. “¿Sale satisfecho con el empate?”. “Lo vimos desconcentrado en el segundo gol, ¿es así?”. “¿Cree que se merece una oportunidad en la Selección Nacional?” .Y una interrogante de antología: “Fulano, el gol...” (entonces el delantero tiene que narrar la jugada de un gol que ya fue narrado y repetido hasta la saciedad).
Después nos extraña que los jugadores respondan con las mismas cantaletas de siempre...
“Sí, no, como te digo, no hemos ganado nada”. “Aquí no hay rival pequeño, todos son grandes”. “De ahora en adelante cada partido es una final”. “Bueno, uno entrena a conciencia durante toda la semana pero el profe es quien decide cuándo me alinea”. “Como usted vio, hicimos todo lo posible para ganar pero diosito no lo quiso así”. “Así es el fútbol, un día se gana, otro se pierde y otro se empata”. “Son cosas del fútbol, la bola no quiso entrar”.
Aquí se las dejo rebotando...