“La responsabilidad siempre es compartida, pero la directiva no es la que sale a jugar todos los domingos y el cuerpo técnico tampoco. Me parece que, en esta oportunidad, el aspecto deportivo tiene el mayor peso de la culpa”, aseguró Daniel Vargas, presidente del CSC, sobre la más reciente decepción de su equipo.
Lo cierto es que, desde la final del Verano 2013, el equipo se tiró en un tobogán. Entonces, más allá del hoy y lo coyuntural, conviene cuestionarse cuánta culpa tienen los jugadores de este declive de dos años en el torneo de liga. ¿La tuvieron en el fracaso del partido contra Fulham y sus secuelas en el aspecto financiero? No.
¿Fue responsabilidad de los futbolistas la contratación del grueso (para ser amable) defensor brasileño Ricardo Duarte? Tampoco. Lo grueso fue el error de ficharlo.
¿Fue pecado de los jugadores el fichaje “bomba” del también brasilero Neto, un goleador que no movió mecates una sola vez, pero percibió salario neto? Menos.
¿Fueron ellos quienes adquirieron los servicios de los uruguayos Silva y Cardozo, supuestamente creativos? No. Creatividad tuvo quien los trajo para justificar el gasto en dos extranjeros que pasaron casi siempre sentados.
La mamá de los colmos: la traída del “Halconcito” Buitrago, ¡panameño que no jugó un minuto! Ese halcón no pasó del huevito, metido en su cascarón de lesionado. ¿A quién se le ocurre malgastar así?
Otro que no metió gol con Cartaginés fue Cristian Bolaños. Bueno, sí hizo gol, pero en otro sentido. Adquirió ritmo para llegar en forma a Qatar. Por algo la “S” no lo quiso. Y el Deportivo Saprissa terminó campeón nacional, con un Deiver Vega inspirado, majestuoso, quien, presumiblemente, habría sido sentado por “Bola”. Al que no le dieron “bola” en Tibás fue a Bolaños.
Y, de feria, la contratación del técnico que acababa de fracasar con Santos, el mexicano Enrique Meza, quien dirigió una vuelta entera al CSC, haciendo nadar los “Ojitos” de la afición en un mar de lágrimas, tampoco fue decisión de los jugadores... quienes han sufrido atrasos en el pago de sus salarios. Excepción: el fugaz éxito de Wright (echado tras alzar la copa).
Repasada la lista, no parece coherente restarle peso a la responsabilidad de directiva y DT (otrora gerente deportivo).