A Costa Rica le sienta de perlas la adversidad. Y entre más víctima parezca, ¡mejor! Porque se enfatiza ese efecto bumerán que le permitió sorprender en Italia 1990 y en Brasil 2014.
En cambio, la etiqueta de favorita suele venirle mal, porque se cree obligada a cambiar su exitoso estilo defensivo. Tanto le pesó en las eliminatorias camino a EE. UU. 94 y Francia 98 que ni siquiera se clasificó. Espoleada por los románticos amantes del fútbol ofensivo, tiró al cesto de la basura las enseñanzas de Bora Milutinovic (un pragmatismo táctico radical; feo, pero efectivo). Y reincidió hacia Sudáfrica 2010. Creyéndose más de lo que era, se abrió de visita contra Honduras (4-0), en casa ante México (0-3) y en San Salvador (1-0). Adiós, mundial.
Por eso, respaldamos el estilo de Óscar Ramírez. Aunque los soñadores creen que abriéndose en el Azteca le habría ido mejor, la verdad es que se exponía a una paliza. Por Dios, ¡ningún visitante de Concacaf es favorito para triunfar en México! Ninguno. Allá, un empate es oro y un revés, si no es por goleada, está dentro del presupuesto lógico. ¿Que México tenía muchas bajas? Sí, pero para eso su DT, el científico colombiano Juan Carlos Osorio, planeó un sistema de rotaciones que le permite jugar igual sin importar quiénes falten. ¿Qué México perdió 7-0 ante Chile? Sí, fue su única caída con Osorio. Y un mal juego lo tiene cualquiera. Recuerden que Estados Unidos le clavó 6-0 a "San" Pinto (eliminatoria) y 4-0 al propio "Machillo" (Copa América). Y la del Tío Sam es una selección inferior a la chilena, ¿o no?
Entonces, que Ramírez se blinde contra quienes le exigen atacar como loco este martes. Honduras salió pulverizada de California porque Pinto no tenía cómo anticipar la gran cantidad de variantes que le presentó Bruce Arena en su regreso. Y bien sabemos que don Jorge Luis necesita analizar un millón de veces al rival para hallar cómo neutralizarlo. En cambio, a Costa Rica la conoce a un nivel nano molecular.
¡Mesura! Honduras siempre ha sido una plaza difícil. Sin renunciar al contraataque, lo importante es puntuar. Con un empate, la Sele sumaría cuatro unidades de visitante, bastándole imponerse en casa para visar boleto a Rusia. Por su lado, ¡la "H" perdería cinco como local! El negocio sería redondo. Así que, por favor, tengamos paz. ¿Es posible ganar? Claro que sí, pero con base en inteligencia. Los obligados a proponer (y a dejar espacios) son ellos, lancémosles la carnada.